Cuando se presenta una estrategia de marketing de contenidos, el ejecutivo espera que se le explique también cuál será el retorno de la inversión. Ahí es donde viene la parte complicada. Es imposible calcular los beneficios exactos de una estrategia de marketing de contenidos en términos estrictamente pecuniarios.
Y a la imposibilidad de dar cifras exactas sobre la cantidad de dinero que se puede ganar gracias a la estrategia de marketing de contenidos, hay que sumarle que en esta disciplina los resultados suelen verse a largo plazo. Así, la tarea de convencer a un ejecutivo para que invierta se torna especialmente complicada. En este artículo te contamos algunos de los puntos en los que más hincapié debes hacer o mejor debes explicar para conseguir su confianza.
La situación de la competencia
Es importante, para despertar el instinto de competencia que tienen los empresarios, explicar qué está haciendo bien o mal la competencia en términos de marketing. Además de exponer cuáles son las consecuencias de ese tipo de acciones. De esta forma, irán pensando qué es lo que quieren o no para su compañía.
La situación real de la propia empresa
Una vez explicada la posición de la competencia, le toca el turno al equipo local. Es conveniente exponer claramente qué es lo que ya se tiene y hacer hincapié en las carencias y, sobre todo, en sus consecuencias. De esta forma, el empresario puede hacerse una idea del panorama general a nivel de marketing y de la necesidad de implementar una estrategia o mejorar la actual.
Los objetivos y su traducción en contenidos
Una vez que el cliente tiene una idea general sobre cómo está el panorama, debes presentarle los objetivos y un ejemplo de cómo serían los contenidos que ayudarían a conseguirlos. Siempre es más sencillo hacer contenidos originales de muestra, que prometer sobre el papel. Si la oferta es atractiva, persuadirás un poco más al cliente.
Los posibles valores tangibles a obtener y cómo medirlos
Para una empresa nunca es fácil soltar el dinero, por eso debes exponer claramente en qué se gastará y, sobre todo, qué beneficio aportará. Al cliente le importarán especialmente los valores tangibles como por ejemplo, cuantas ventas aproximadas de un producto se pueden obtener a través de su web.
Si tu estrategia incluye, por ejemplo, un blog con contenidos útiles relacionados con los productos de la compañía y existe un link que lleva a la tienda online, deberías explicar que es posible contabilizar tanto las personas que hacen clic en ese enlace, como las que después se registran en la web y/o realizan una compra. Y, por supuesto, la mejor forma de explicar esto es mediante ejemplos. No descubras tus herramientas, simplemente pon un ejemplo de una campaña exitosa y los números que arrojaron las estadísticas. Los ejemplos reales son el mejor método para convencer a un cliente de que aquello en lo que gastará su dinero vale realmente la pena.