Cómo no ponerse histérico ante (y durante) un viaje
Si acabas de leer la palabra viaje y ya te están rilando las piernas, este artículo es para ti. No todos los viajes tienen por qué ser un calvario. Si una vez perdiste el equipaje, te robaron o perdiste tres vuelos seguidos, entendemos que te dé pánico viajar, pero si lo tuyo es simple paranoia, puede que tengamos algo para ayudarte… Los viajes para algunas personas son parte de la rutina, pero para otras son todo un acontecimiento. Bien por falta de costumbre, bien por puro nerviosismo. Sea cual sea tu caso, tenemos unos consejos que darte para que la histeria nos e apodere de ti antes y durante un viaje. Toma nota que ahí van.
Cómo no ponerse histérico ante (y durante) un viaje
No seas agorero ni supersticioso Te ha tocado el vagón 11, el asiento 13 y al lado de la ventanilla… Quieto ahí, no digas ni media palabra. No se te ocurra ponerte a pensar en las probabilidades que tienes de salir vivo del viaje. Si te amargas ya desde la compra del billete, vas mal. Muy mal de hecho. Y lo peor es que vas a hacer a los demás darle vueltas a la cabeza y nadie va a viajar tranquilo contigo. Hazles el favor a los demás y a ti, y por favor, aparta los pensamientos agoreros de tu cabeza.
Cómo no ponerse histérico ante (y durante) un viaje
Empaca como el mago Merlín Cuando estamos haciendo la maleta, la idea de que nos vamos a dejar algo importante se convierte en nuestra compañera más fiel. La mejor solución para no olvidarse de nada es hacer una lista e ir tachando todo aquello que metemos en la maleta, pero, ¿qué hay de la negatividad? La mejor manera de apartarla de nosotros es pensando en otra cosa, así que pon música y haz la maleta entretenido. Tararea, baila, canta zapato en mano la canción de empacar de Merlín si es necesario, pero por favor, deja de pensar que te vas a dejar algo y no empieces con el “¿y si…?”.
Cómo no ponerse histérico ante (y durante) un viaje
Sal con tiempo de casa (pero el necesario) Si los viajes te ponen nervioso, lo último que te hace falta es estar cuatro horas tirado en una estación o un aeropuerto esperando a que llegue el medio de transporte en cuestión. Especialmente si viajas solo, una larga espera no te hará ningún bien, así que la solución es ir con el tiempo necesario, que no justo, ojo que las prisas no son buenas compañeras. Sal de casa a una hora prudente para no llegar tarde ni para esperar más de la cuenta. Si la ruta es nueva, comprueba horarios por ti mismo o con la ayuda de alguien de confianza que ya haya hecho el mismo recorrido.
Cómo no ponerse histérico ante (y durante) un viaje
Mantente entretenido Si el viaje es largo y tu cabeza una bomba de relojería, lo más aconsejable es que te mantengas activo. Que te levantes cada dos por tres de tu asiento no es necesario, es molesto, así que simplemente con que te hagas unos crucigramas o te pongas un poquito de música conseguirás abstraerte un poco y dejar de pensar que no vas a salir vivo de esa. Además, el resto de pasajeros agradecerán tu quietud y, sobre todo, que no menciones tu miedo a finar en el trayecto.
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