Estudia tus posibilidades
Es posible que no puedas coger todas las asignaturas del curso o que no puedas asistir a algunas clases por tu horario de trabajo, así que deberías organizarte antes de matricularte o aceptar un trabajo. Busca orientación o simplemente infórmate por tu cuenta de las opciones disponibles. Es posible que existan modalidades online o que algunos profesores te permitan hacer tareas para contrarrestar tus ausencias.
Aprende a priorizar
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Si tienes un hueco, aprovéchalo. Salvo excepciones, deberías dar prioridad a los trabajos de clase. Para esas tareas tienes unos plazos asignados y para tus quehaceres personales posiblemente no, por tanto, quítate cuanto antes ese peso de encima y porque si se presenta un imprevisto, no es igual tener el coche sucio que dejar un trabajo sin entregar.
Confía en los demás
No quieras ser el perejil de todas las salsas. Si no tienes tanto tiempo como antes, tienes que acostumbrarte a delegar tareas. Si tienes que hacer algo en grupo, haz tu parte y estate atento por si necesitan tu ayuda, pero no estés encima de los demás todo el tiempo. Y si siempre te encargas de comprar el regalo de los cumpleaños de tus amigos y ahora no puedes, que lo haga otro esta vez por ti. Aprende a confiar.
Separa el trabajo y los estudios
Cuando estés en clase, estate atento y toma apuntes, y cuando estés en el trabajo, trabaja. Parece simple, pero mucha gente no sabe separar, especialmente si trabaja desde casa. Tómate tu tiempo para cada cosa y olvídate de tu empleo en clase y viceversa. Si no eres capaz de separar, no lo serás tampoco de concentrarte y hacer las cosas bien en ninguno de los dos ámbitos.
Descansa lo suficiente
No es conveniente que aceptes un trabajo que te suponga estar pringado todos los días de la semana si tienes clase de lunes a viernes. Además de trabajar y estudiar tienes que vivir, y eso lleva su tiempo. Trata de tener siempre un día libre a la semana para organizarte y descansar. Habrá épocas en las que no puedas ni respirar como los días previos a las evaluaciones, pero el resto del tiempo, por tu bien, deberías hacerlo.