Ser conscientes de nuestros límites
Es importante conocernos bien y saber cuáles son nuestros propios límites para que las situaciones complicadas no nos superen. Si, por ejemplo, eres consciente de que cuando estás agobiado necesitas cierto espacio y necesitas estar un poco apartado, cuando se presente una situación complicada trataras de retirarte, tomarte tu tiempo y pensar detenidamente. Si ya sabes lo que necesitas, te será más sencillo actuar.
Rodearse bien
En los momentos complicados, la comprensión de los demás es muy importante, pro eso es necesario rodearse bien siempre, tanto en la vida personal como en el trabajo. No es necesario que disimules que estás pasando por un mal momento, tampoco tiene por qué contar lo que te sucede, pero con una simple referencia el resto puede entender que en un momento dado, por ejemplo, baje tu rendimiento.
Liberar las emociones sin centrarse en ellas
Llevar la procesión por dentro no es lo más adecuado. Tratar de separar tu vida profesional de la personal solamente te hará quebrarte más de lo debido la cabeza. Al fin y al cabo eres una persona y tienes cerebro, no un disco duro, por lo que funciona de una vez y no puedes fragmentarlo entre lo personal y lo laboral. Expresa tus emociones, desahógate, asume lo que te ocurre y sigue adelante, no te atasques.
No pienses en cómo podrías haber evitado las cosas
La vida no avisa y a todos pueden pasarnos cosas malas. No todo depende de ti, por lo que no te atormentes pensando en lo que pudo haber sido o en lo que podrías haber hecho o dejado de hacer. La vida da golpes, pero está para vivirla, así que es necesario que dejes de darle vueltas a la cabeza y te centres en lo que te queda por delante, tanto a nivel personal como laboral