El flexiworking es mucho más que simple flexibilidad laboral. Es la elasticidad del trabajo elevada a todos los sentidos. Se sustituyen los horarios fijos de entrada y salida al trabajo por otro horario que permite cambios según el propio trabajador requiera.
Es decir, puedes entrar un día a las 8 y otro día a las 10. Siempre y cuando hagas perfectamente tu trabajo, claro. También está contemplado el trabajo a distancia o desde casa, hacer las mismas horas semanales pero en menos días… En fin, lo que decíamos, una flexibilidad que va más allá de, simplemente, cambiar el típico horario de 9 de la mañana a 6 de la tarde con una hora para comer.
En nuestro país, el Banco Santander lo ha implantado hace muy pocos días. Defienden que si un empleado está contento en su puesto de trabajo, esto repercutirá también en el cliente, y por lo tanto en más productividad.
Y además de la productividad, el flexiworking busca la felicidad plena del empleado en su día a día en la empresa, porque puede organizarse y compaginar perfectamente su vida laboral con la personal. Según los análisis realizados por el Banco Santander, apostar por una flexibilidad laboral de este tipo hace a los empleados más eficientes y productivos, algo que aumenta su motivación. Lo que supone, como objetivo final, mejores resultados para la empresa en cuestión.