Qué mejor que un buen tazón de cereales con leche para comenzar el día. Estos nos animan gracias a la vitamina B1, conocida como vitamina del ánimo, que nos ayuda directamente a producir serotoina. De igual modo, un plátano en medio de la mañana nos ayudará a mantener la sonrisa gracias a la vitamina B6 también recargaremos nuestras reservas de serotoina, encargada de la “hormona del bienestar”.
Aunque si lo tuyo pasa por lo dulce, no dudes en comer –con medida- un buen helado de chocolate. Las razones, aparte de ser el producto amoroso por excelencia, es que contiene triptófano, un aminoácido que nos calma y relaja. Y de igual modo pasa con un producto totalmente antagónico: el salmón y los arándanos. Estos dos productos sientan tan bien porque tienen un sabor similar al ácido valprónico, que se usa en determinados medicamentos para calmar la ansiedad.
La pirámide de la felicidad alimenticia continúa con un manjar atípico en nuestra cultura: ensalada de algas marinas. Estas son ricas en iodina, que previenen el tiroides y por consecuente los efectos depresivos en nuestro estado de ánimo. Y para la depresión, las nueces pueden ser un buen calmante gracias a las vitaminas omega 3, probadas como efectivas contra este mal.
Por otro lado, si te sientes cansado y hastiado, prueba a comer avena de forma regular: tienen B5 y B6, encargadas de disminuir la fatiga y el dolor de cabeza. Es uno de los cereales más completos. Aunque, como no, no podían faltar para cerrar esta lista las beneficiosas frutas y verduras. Estas, además de ser beneficiosas para la dieta, nos hacen sentir más relajados, menos pesados, enérgicos y, en consecuencia, más felices. Las piezas indicadas a diario son siete.