Las contraseñas tienen normalmente a ser redundantes y obvias, así que mejor olvida la fecha de nacimiento de tu pareja o el nombre de tu mascota y anota estos consejos de un experto cibernético.
Entre las cosas que NO deberíamos de hacer es hacer una correlación de números o insertar faltas de ortografía en la contraseña, tampoco el cambio de orden en letras sería una opción demasiado correcta.
¿Cuál es el mejor método? Sencillo, idear una frase que contenga caracteres como letras, números y signos y que sea fácil de recordar, un ejemplo: “margaretthatcheris100%SEXY”. Esta es una opción que propone Snowden, pero puedes crear otras que impliquen una fecha histórica, así: “americafuedescubiertaen1492!”.
De este modo evitaremos las manidas claves que no hacen sino poner a tiro nuestra privacidad en nuestro correo, cuenta corriente online o redes sociales.
¿Has pensado ya en tu frase anti hackers?