Definida como ese impulso, estímulo o momentazo espontáneo que surge del interior en un determinado momento, la inspiración llegó y fue clave en las historias de importantes nombres de la ciencia, el cine o los negocios como Isaac Newton, Richard Branson, Arquímedes, Walt Disney o Mary Anderson.
Diferentes ejemplos de cómo de la forma más casual, buscada, observada o intuitiva, la musa que inspira los cambios apareció y seguro que volverá a hacerlo, si se tocan las teclas precisas capaces de poner en marcha
ese explosivo engranaje que reposa en el interior de cada uno.
Pero, ¿cómo se pueden activar los sentidos para que la inspiración llame a la puerta?
La observación, tener los ojos bien abiertos y la mente activa es un buen pilar para que la inspiración aparezca.Ejemplo de ello es la inventora del limpiaparabrisas Mary Anderson. Fue allá por 1903 cuando en un viaje en
tranvía por Nueva York, su torrente creativo se activó y tras ver como cada dos por tres el conductor de la máquina tenía que parar para limpiar el cristal de suciedad y hielo ideó ese artilugio que más tarde Henry Ford
introduciría en sus coches y es una pieza clave en los automóviles actuales.
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Nadia Iglesias de On The Record