Sé la empresa perfecta para tu empleado perfecto. Nadie se va a implicar en tu empresa si siente que no es la suya, que no es su lugar. Por eso debes estar seguro, desde antes de hacer la contratación, de que la persona que incorporas a tu equipo es también la persona que tu equipo necesita. Deben ser perfectos el uno para el otro.
¿Quieres compromiso? Comienza por comprometerte, porque no habrá ni una sola persona que se quiera comprometer contigo si tú no le das garantías. Por ejemplo, en el tipo de contrato. Es mucho más complicado que un trabajador con contrato temporal se implique que si tiene uno indefinido. No es condición sine qua non pero favorecerá su compromiso. Además debes ser transparente y fiable para ellos.
Actividades de “unión” y relación entre empleados, es decir, fomentar el trabajo en equipo, jornadas de coaching, reuniones para charlar sobre la empresa de forma distendida, comidas, incluso salidas de la oficina. Todo para que los empleados se sientan en una gran familia.
Como también se sentirán si fomentas un buen ambiente laboral entre ellos. El compromiso crece cuando un empleado es feliz en su puesto, no sólo con lo que hace, también con las personas que le rodean. Y es misión tuya favorecer este ámbito.
Como también lo es hacerles crecer y desarrollarse como profesionales, ya que si no lo hacen su implicación y compromiso con la empresa se romperá para ir a buscar otra donde sí se sientan valorados.