La era del rearme ha llegado. Quizá no todo el mundo tenga clara la naturaleza de este nuevo cambio de siglo, pero nos enfrentamos a una situación que no sólo sentará nuevos precedentes, sino que dictará la agenda política en Europa y fuera de ella durante muchos años. Los conflictos en curso, principalmente el ruso-ucraniano, pero también las convulsiones en Oriente Medio, están obligando a Europa a tomar decisiones que no parecía querer asumir; más que nada, quizás la no beligerancia entre Trump y Putin y sus «cordiales» reuniones están obligando a Europa a posicionarse, acentuadas por las declaraciones de Trump hacia el Viejo Continente y los aranceles comerciales que probablemente nos afectarán dentro de unos meses. El 4 de marzo, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, presentó una propuesta de gran proyecto de rearme a escala nacional y, sobre todo, de la UE. El proyecto «ReArm Europe» es la respuesta de la Unión Europea a los nuevos y peligrosos desafíos del horizonte político. El objetivo es trabajar bajo el lema «gastar mejor y juntos» (spending better and together).
El sector de Defensa global atraviesa un momento de auge sin precedentes, impulsado por los vientos de cola derivados de los conflictos geopolíticos. En este contexto ¿cómo se encuentra España en esta situación de rearme general? Las empresas españolas se encuentran en una posición privilegiada para aprovechar el incremento de los fondos destinados a la Defensa, que se traduce en una ola de nuevos proyectos y oportunidades. España, aunque históricamente no ha sido una potencia mundial en términos de exportación de armas, está viendo un resurgimiento notable en su industria de defensa. El país se está convirtiendo en un actor clave dentro de Europa, no solo por sus capacidades industriales, sino también por su creciente papel en la colaboración internacional. A medida que los gobiernos europeos se comprometen a aumentar sus presupuestos militares para cumplir con los objetivos de la OTAN y hacer frente a las nuevas amenazas globales, las empresas españolas están bien posicionadas para satisfacer estas demandas, aunque los retos persisten.
El desafío de acelerar la soberanía estratégica
El diario Expansión ha organizado el lunes 17 de marzo el encuentro ‘Industria de defensa’. Durante el I Encuentro los directivos de grandes empresas del sector español de Defensa coincidieron en un mensaje unánime: la necesidad de acelerar el proceso de integración y cooperación en la industria para asegurar la soberanía estratégica europea. Fernando Lombo, consejero delegado de Airbus Helicopters España, enfatizó que, para lograr una Europa más autónoma en términos de defensa, es esencial “reforzar el camino hacia la soberanía estratégica con una mayor integración y cooperación en el desarrollo de plataformas conjuntas”. A su juicio, la interoperabilidad entre las distintas fuerzas y sistemas de los países europeos es clave para competir con potencias como Estados Unidos, que lleva años liderando la innovación y el gasto en Defensa.
Sin embargo, esta cooperación no debe entenderse como una simple competencia interna entre empresas nacionales. Miguel Ángel Panduro, consejero delegado de Hispasat, subrayó que el sector de Defensa español debe enfocarse en “colaborar en lugar de competir” para consolidar una industria nacional capaz de responder a los desafíos del futuro. A pesar de las fortalezas de las empresas españolas, Panduro fue claro: “Europa ha ido demasiado lenta en su apuesta por la Defensa en los últimos años”, y destacó que las empresas europeas no deben ver a competidores como Starlink, sino aprovechar sus propias fortalezas tecnológicas.
La fragmentación europea y el papel de las empresas españolas
La gran diferencia entre Estados Unidos y Europa se basa en la unanimidad de las decisiones; por un lado tenemos LA superpotencia mundial que aspira a la unidad a todo precio, esté bien o mal, por otro lado la fragmentación europea no permite que el viejo continente vaya en una sola dirección, sino que todos tomamos caminos diferentes. De hecho el mercado europeo de defensa se enfrenta a un gran desafío: la fragmentación de sus capacidades industriales. Como lo señaló Jesús B. Serrano, CEO de GMV, Europa tiene “seis veces el número de sistemas de armas de Estados Unidos”, pero estos no están centralizados bajo una misma estrategia unificada. La dispersión de recursos y la falta de integración entre los actores industriales en Europa ralentizan la capacidad de reacción frente a los desafíos geopolíticos. No obstante, la competencia está lejos de ser insuperable, y la consolidación industrial parece ser el camino para que Europa sea más competitiva en el largo plazo.
Las empresas españolas están bien posicionadas para asumir este reto. Empresas como Indra, Navantia, GMV, y Airbus Defence and Space están liderando este cambio, ofreciendo soluciones innovadoras en sistemas de defensa, aviones militares, y plataformas tecnológicas avanzadas. Además, compañías como Santa Bárbara Sistemas, especializada en vehículos blindados, y Telefónica Ingeniería de Seguridad, que destaca en ciberseguridad, aportan una valiosa colaboración tecnológica para fortalecer el sector.
Cifras y oportunidades
El gasto en Defensa en España ha ido en aumento en los últimos años, con el gobierno español comprometido a alcanzar el objetivo del 2% del PIB en defensa, como parte de su compromiso con la OTAN. En 2023, el presupuesto de Defensa de España ascendió a 14.000 millones de euros, y se prevé que continúe en crecimiento, abriendo una ventana de oportunidades para las empresas del sector. Este incremento no solo responde a las necesidades nacionales, sino también a la participación en proyectos de defensa conjuntos dentro de la Unión Europea.
A nivel de exportaciones, España ha sido un actor clave en la venta de sistemas de armas a nivel internacional. En 2022, las exportaciones de armas españolas alcanzaron los 4.000 millones de euros, consolidando a empresas como Navantia (con sus fragatas F-110) e Indra (con sus sistemas avanzados de defensa y simulación) como líderes en el sector global.
Los principales actores de la industria de defensa española
España alberga algunas de las empresas más influyentes en la industria de defensa global. Estas están a la vanguardia de la innovación en sistemas de armas, aeronaves y tecnologías de defensa.
A continuación, una breve presentación de los principales actores del sector en España:
GMV: Conocida por su capacidad en el desarrollo de software y soluciones tecnológicas, es un referente en la creación de sistemas de control y simulación en la industria de defensa. La empresa se especializa en áreas como la ciberseguridad, la creación de soluciones avanzadas para la gestión de misiones, contribuyendo a la modernización de las fuerzas armadas españolas.
Airbus Defence and Space: Como parte del gigante aeroespacial europeo, Airbus Defence and Space es uno de los líderes en la fabricación de aviones militares y sistemas de satélites. En España, la división de Airbus Helicopters está estrechamente involucrada en la fabricación de helicópteros para aplicaciones militares y de rescate. Además, Airbus es un jugador clave en la creación de aviones de combate y sistemas de vigilancia, siendo un socio importante de la industria de defensa europea.
Indra: Esta multinacional española es uno de los actores más importantes en la industria de defensa, especializada en sistemas de simulación, ciberseguridad, y tecnologías de control. Indra juega un papel crucial en el desarrollo de plataformas avanzadas para defensa, como radares, sistemas de gestión de misiones y simuladores, y está muy presente en el mercado de exportación, con importantes contratos con países europeos y de América Latina.
GDELS – Santa Bárbara Sistemas: parte de General Dynamics European Land Systems (GDELS), es un referente en la fabricación de vehículos blindados y sistemas de armamento. La empresa española es conocida por sus innovadores vehículos de combate sobre ruedas y su participación en proyectos clave para el ejército español, como el VCR 8×8 Dragón, un vehículo de combate blindado de última generación que se está desplegando para modernizar la Infantería de la Armada española.
Expal: es una de las empresas líderes en España en la fabricación y distribución de municiones y sistemas de armas. Con una sólida presencia en el sector de la defensa, Expal también es conocida por su capacidad en la gestión de materiales explosivos y por ofrecer soluciones tanto para el ámbito nacional como internacional. Además, la empresa trabaja en el desarrollo de tecnologías de destrucción controlada y limpieza de municiones.
ITP Aero: Especializada en la fabricación de motores de aviación y componentes aeroespaciales, ITP Aero es un actor fundamental en la defensa aérea española. La empresa es proveedora de motores y sistemas propulsores para aeronaves militares, con una destacada participación en la industria de la aviación, incluyendo el desarrollo de motores para aviones de combate y otros sistemas aéreos avanzados.
Navantia: es una de las principales empresas españolas en el diseño y construcción de buques y submarinos de guerra. Su especialización en la creación de fragatas, submarinos y buques de apoyo para la Armada Española y otras marinas internacionales le otorga un papel estratégico en el rearme europeo. Uno de sus proyectos más ambiciosos es la construcción de las fragatas F-110, destinadas a fortalecer la capacidad naval de España.
El rearme en Europa está en pleno apogeo, y España se encuentra en una posición estratégica para aprovechar esta ola de inversión y colaboración. Afortunadamente, la sociedad civil exige que esos miles de millones de euros se inviertan en welfare, sobre todo educación y sanidad. Sin embargo, para mantenerse competitivo frente a potencias globales como Estados Unidos, las empresas españolas deben acelerar sus esfuerzos en innovación, integración y consolidación. Por otro lado, la gran producción de armas y todo lo que conlleva la industria armamentística nos hace pensar que las grandes naciones a fuerza de armarse utilizarán tarde o temprano este arsenal. Bueno o malo no nos corresponde a nosotros decirlo, pero al menos informar, ¡sí!
