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¿Es bueno tener una foto de carné en LinkedIn?


No conseguiríamos contentarnos ni dedicando un dominical entero a cuál es la mejor imagen para poder mostrar en nuestra cuenta de LinkedIn. Y es que aunque parezca tarea fácil, es mucho más complicado de lo que a simple vista se puede intuir. Por eso, desde Forbes hemos querido analizar la primera idea a tener en cuenta a la hora de elegir nuestra “imagen visual en la red”: ¿deberíamos escoger una foto de carné?

Una de las reglas que todo contenido online tiene que tener es impacto visual. Internet es una gran herramienta para poder llegar al lector “entrando” desde sus propios ojos. Es por ello por lo que tenemos que buscar una imagen que exprese, que muestre nuestras cualidades y nuestra profesionalidad. Y, sintiéndolo mucho, esto no es precisamente lo que muestra una fotografía de carné. Principalmente tenemos que saber cómo hacernos destacar frente al resto de competidores, tener una esencia que haga que nuestro perfil sea visitado más que el de otros candidatos que optan al mismo puesto.

Entonces, ¿cuál es la imagen idónea? Esa fue la pregunta expresada por tres miembros del departamento de recursos humanos de la conocida empresa Deloitte en una charla en la Universidad Carlos III hace un par de años. En ese momento, todos los presentes nos asombramos ya que precisamente tendrían que ser los propios candidatos los que la formulen y no los reclutadores. Por supuesto, la respuesta tenía trampa. Y es que no existe una fórmula secreta ni una clave exacta para triunfar con nuestra fotografía.

No obstante, bien es conocido que el atuendo de la imagen tiene que ser de un carácter formal, ya que este siempre transmite profesionalidad al resto de usuarios. Por supuesto, no es necesario mostrar nuestro cuerpo entero, ya que las imágenes de primer plano, plano americano (aquellas que son tomadas desde debajo de la cadera) y plano medio (desde la cintura) tienden a transmitir cercanía con la persona que la esté viendo. Aún así, también tenemos que excluir de esta lista las fotografías de nuestra graduación (mejor conocidas como “de la orla”), ya que tampoco expresan la naturalidad deseada.

Todo ello se ve posteriormente influido por el sector al que nos queremos dedicar. Por ello, los candidatos que desean aspirar a puestos relacionados con la gestión empresarial, la administración o la abogacía, tienden a mostrar una pose de triunfo o de éxito (generalmente con los brazos cruzados), mientras que aquellos que quieren enfocar su carrera al marketing, a la publicidad o al diseño gráfico destacan por impresionar visualmente mostrando sus habilidades con los programas de retoque fotográfico.

Además, hay que tener siempre presente el aspecto cultural. Mientras que en España estamos más que acostumbrados a entregar nuestro currículo con fotografía incluida, en Estados Unidos se considera que es “jugar con desventaja”, por lo que siempre se omite este elemento. A pesar de que este tema parezca un asunto bastante superficial, hay que tener en cuenta dos conceptos muy importantes para poder triunfar en internet: una imagen vale más que mil palabras y tu foto de LinkedIn es, de momento, la única imagen visual que tienen de ti.