Como cualquier joven recién graduado, Marcos de Quinto se disponía con 23 años a comerse el mundo, y más concreto África. Tenía algunos ahorros, pero no los suficientes para poder embarcarse en la aventura que tanto ansiaba: recorrer el continente africano y comprarse una moto. Es por ello por lo que decidió buscar un trabajo que le pudiera ayudar a financiar su expedición, encontrando una oferta en el periódico para la multinacional a la que se ha dedicado finalmente toda su vida: The Coca-Cola Company.
Sin embargo, tras haber estado en numerosos departamentos, empezó a notar que realmente lo que le llenaba laboralmente era la publicidad. Por eso, tras haber trabajado durante un tiempo en la compañía de refrescos por antonomasia, se cambió de trabajo dirigiendo una compañía de publicidad en Estados Unidos. No obstante, este cambio duró apenas tres años, ya que posteriormente volvió a ser llamado por su anterior trabajo: querían que dirigiera el marketing de Coca-Cola en España.
Hasta el pasado mes de octubre, Marcos de Quinto se había dedicado a la sección “ibérica” de la compañía: tanto del marketing utilizado en nuestro país como en Portugal, llevando a Coca-Cola Iberia a “uno de nuestros mejores centros de excelencia en marketing a nivel mundial”, según palabras de Muhtar Kent, Presidente y Consejero delegado de The Coca-Cola Company. Consiguió hacerse un hueco más que valioso en una de las empresas más demandadas y cotizadas a nivel internacional, convirtiéndose en uno de los cinco presidentes más importantes de Coca-Cola. En cuanto a su método de trabajo, cabe destacar su desinterés por las organizaciones jerárquicas estrictas, centrándose en satisfacer las necesidades de sus trabajadores y premiar sus logros y avances.
No obstante, la controversia siempre está a la orden del día. Y es que lejos de parecer un “empresario tipo” y no implicarse públicamente, Marcos de Quinto ha mostrado sus opiniones en debates políticos y en situaciones realmente controvertidas como el ERE de las embotelladoras. De hecho, valoró pública y gratamente la labor publicitaria realizada por la filial argentina de Pepsi tras la derrota del Mundial de Fútbol el año pasado. Aún así, su constancia laboral, sus métodos publicitarios y su gran capacidad para trabajar en equipo, le han llevado al pódium de Coca-Cola tras 32 años, convirtiéndose en el “puesto número dos” de la empresa. Además, ha sido elegido por “su pasión por nuestras marcas, su compromiso con el negocio y el sistema, así como por su visión estratégica”, según ha aclarado Muhtar Kent.