Entonces, ¿cuál es la respuesta a la pregunta del titular? Sin duda, de manera proactiva. Hacerlo de manera reactiva limitará mucho nuestra capacidad de maniobra, ya que quiere decir que sólo actuaremos cuando encontremos algo que nos haga reaccionar. Y puede que para entonces ya sea demasiado tarde.
Siendo proactivos asumimos por completo las riendas de nuestra búsqueda de empleo en este caso, anticipándonos a posibles hechos externos. Significa tomar la iniciativa como forma de diferenciarnos del resto y, sobre todo, significa obtener el resultado deseado: conseguir trabajo.
¿Cómo se plasma esa proactividad en el día a día?
1. Viendo oportunidades en cualquier parte: en una conversación con amigos, en una oferta que has encontrado a través de las redes sociales, en una tienda con un cartel de búsqueda de empleo…
2. Teniendo los ojos bien abiertos: es decir, no dejando que se te escape absolutamente nada. Escucha con atención, mira con detalle… no dejes que la oportunidad se te escape de las manos.
3. Documéntate sobre las empresas que te interesan: muchas (sobre todo en estos últimos años) reciben cientos de currículums diarios. Diferénciate haciéndoles saber cuánto conoces sobre ellos y lo interesado que estás. Todas las empresas buscan personas 100% proactivas y decididas. Prueba a documentarte tan bien que seas capaz de proponerles mejoras o novedades a introducir.
4. Muévete por tu sector: acude a eventos, sigue relacionándote con profesionales de tu campo… no te aísles ni te salgas de ese entorno porque puede ser tu muerte profesional.