“Marketing significa mercadear, literalmente vender. Y yo soy un vendedor nato”. Aleix Puig (Manresa, 1992) no aprendió lo que significaba una exitosa campaña de marketing en una escuela de negocios, sino tras el mostrador de la pescadería de sus padres. Durante seis años acumuló, entre el género fresco, lecciones mucho más valiosas que, sin saberlo, le aportarían una mente brillante en los negocios al frente de su futura compañía Vicio. “Hoy parece que el marketing es una cuestión de likes, pero marketing es vender un producto. Yo me pasaba el día vendiendo pescado y conseguía que la señora que entraba por un kilo de mejillones saliera, además, de mucho más contenta, con otro de lubina. Se gastaba cinco veces más”, explica a Forbes, antes de posar para una de las portadas de este número de marzo, dedicado a los Más Creativos en el mundo de los negocios.
A pesar de pertenecer a una cuarta generación de pescaderos, entorno que le aportó un conocimiento exhaustivo de lo que debía ser un buen producto y el vínculo con los restaurantes a los que servían, Puig nunca se planteó que su vida giraría alrededor de la cocina. Ese cambio de 360 grados lo pondría su paso por el talent show de TVE MasterChef y la posterior victoria de su séptima edición. “Siempre había tenido la vida muy fácil, en el sentido de no tener que buscar trabajo fuera de casa. Nunca fui muy fan del programa pero sí tenía una necesidad de emprender y hacer algo distinto, y vi allí una oportunidad”, confiesa el empresario.
A pesar de la jugosa propuesta que le lanzó Jordi Cruz, uno de los jueces del programa, de engrosar el equipo de su restaurante con tres estrellas Michelin ABaC, Puig tuvo claro que el siguiente movimiento sería emprender por su cuenta. Con la fama ya en el bolsillo y un socio en el camino, Oriol de Pablo, actual CEO y persona que asume las finanzas y plan estratégico de la compañía, el germen de Vicio surgió en plena pandemia con un concepto muy claro: debía basarse en la calidad. “Al contrario que en Estados Unidos, Europa o China, la comida a domicilio aún no había despegado en nuestro país, algo que cambió de forma radical con la pandemia. Era una buena oportunidad que había que aprovechar, y de ahí emanó la idea de hacer una compañía de delivery [comida a domicilio]”, explica Puig.
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