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El renacimiento del Recluta: el velero de Frers regresa a Europa para transformarse en leyenda (parte II)

Ochenta años después de su naufragio, el Recluta ha resucitado gracias a unos planos de 1942 y compite en las regatas de clásicos con Germán Frers a la caña.

Espectacular vista de la popa del Recluta, con Germán Frers a la caña del velero

Desde el naufragio del primer Recluta, año 1942, en las playas del Cabo San Antonio de la provincia de Buenos Aires, donde nace el Atlántico Sur, pasaron ochenta y tres años. Con ese naufragio nació una ilusión. La de los Frers. Primero de Germán padre y luego del hijo, el Frers que el mundo de la náutica mundial admira desde hace 40 años. Comenzaron juntos, sin saberlo, a trazar las líneas de una futura leyenda: devolver a la vida al majestuoso velero inglés naufragado rumbo a Mar del Plata.

La historia que comenzó como tragedia renació en modo de epopeya con la construcción del segundo Recluta.  Los dibujos que hizo German Frers padre en los estudios de la calle Viamonte de Buenos Aires durmieron casi ochenta años y se despertaron de golpe en 2017, esta vez en los talleres de varios artesanos navales del Delta del Tigre y el Río de la Plata. 

Germán Frers ha contado que a ese sueño de resucitar al Recluta se sumó su deseo de dar una ocupación a carpinteros y artesanos navales argentinos que estaban quedándose sin trabajo. Fueron tres años largos de esfuerzos e idas y vueltas que dieron sus frutos. En tiempos de pandemia, con los puertos cerrados y casi sin oportunidades de hacer pruebas de mar, el nuevo Recluta fue botado y logró zarpar de Buenos Aires para regresar, ochenta años después, rumbo a Europa. Un regreso cargado de simbolismos.

Si en los meses siguientes del naufragio del Recluta su patrón, Charlie Badaracco, tuvo el sueño de reconstruir su barco y así poner en marcha el mayor velero jamás hecho en Sudamérica, usando además los restos del barco inglés original, ochenta años después Germán Frers dio vida a un barco totalmente nuevo, sin aquellos restos, pero basado en las líneas trazadas por su padre tras el naufragio, en los años cuarenta del siglo pasado.

Zelmira Frers, fotógrafa y diseñadora e hija y nieta de los famosos diseñadores, acompaño durante tres años a su padre y documentó el fantástico proceso de creación del Recluta.  “La historia detrás del Recluta” se transformó en un libro de colección de Zelmira, una larga exploración que la autora realizó entre archivos familiares, planos, fotografías y viejas cintas de cine que muestran, por ejemplo, a su abuelo Germán Frers navegando en el mítico Fjord II, en 1939, durante una regata Buenos Aires-Mar del Plata, la misma regata en la que tres años después naufragaría el primer Recluta. 

Esa historia viva, que reconstruye la genealogía de un gran barco que nació dos veces, y a la vez la de una familia como los Frers, que han tenido un protagonismo clave en la náutica mundial, es ahora un universo que vale la pena explorar. Para ello tenemos las cuentas de redes sociales de “La historia detrás del Recluta” y el maravilloso libro en versión física. Y también está el barco, el Recluta, que a 7000 millas de aquella playa que atrapó y destrozó a su antecesor, hoy navega las aguas del Mediterráneo en todas las regatas de clásicos que se le ponen a tiro con el propio Germán Frers llevando la caña del velero.

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