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¿Iglesias o supermercados?

Pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones”. Así se relata en La Biblia que Jesucristo hizo frente, a su llegada a Jerusalén, a los mercaderes que se habían apropiado del templo para plantar sus puestos de venta y trueque. El artista belga Xavier Delory bien podría haber tenido en mente este pasaje, además de un afinado sentido de la ironía, al plantear uno de sus últimos proyectos artísticos, la serie Fermé le dimanche (‘Cerrado los domingos’). Iglesias transformadas en tiendas y centros comerciales, ése es el leit motiv de este nuevo trabajo de un artista que combina imagen fotográfica real y retoque conceptual para crear realidades ficticias que noquean al espectador. Estudió Interiorismo en la escuela artística de Saint-Luc in Liège, y de ahí pasó al diseño de muebles. “Mis diseños siempre buscaban una perspectiva social. Y poco a poco, a medida que estudiaba y descubría nuevas formas de expresión, me di cuenta de que el arte era la mejor forma de expresar mis ideas”. Ideas que provenían, según reconoce, de todo tipo de fuentes de inspiración, desde libros filosóficos a novelas o edificios.

“Me habían impactado libros como 1984, de Orwell, Learning from Las Vegas, de Robert Venturi, o Hacia una arquitectura, de Le Corbusier. Pero fue definitivo para mí el descubrimiento de la escuela fotográfica de Düsseldorf, liderada por Bernd y Hilla Becher”.

Siempre en busca de nuevos conceptos con los que expresarse, a Xavier Delory le llamó la atención la gran cantidad de iglesias en Bélgica que se habían convertido en hoteles, bibliotecas o incluso night clubs. “La idea llegó así, simplemente. De pronto pensé en cómo esos edificios representaban la decadencia del culto religioso, cada vez más arrinconado por la fuerza seductora del culto consumista”. Más interesante resulta aún la reflexión cultural del artista sobre el significado real que terminan conservando algunas construcciones. “La cultura comercial chupa toda la sangre de nuestra memoria colectiva –comenta Delory–, manteniendo sólo su caparazón y dejándola desprovista de significado. En cierto modo esto podría demostrar que nuestra sociedad se aísla de su pasado por un buen precio”. Para poner en marcha esta serie de montajes fotográficos, Xavier Delory comenzó, como de costumbre, trabajando el concepto, “tengo que tener muy claro lo que quiero conseguir”. Después identificó el tipo de construcción que más le interesaba y comenzó entonces el proceso de localizar las iglesias adecuadas. A falta de medios y tiempo para recorrer el país al volante, recurrió a Google Maps para confirmar que el edificio le interesaba antes de desplazarse hasta él para fotografiarlo. “Todas son iglesias de Bélgica. ¡Y por supuesto las fotos las hice en domingo!”. Una Canon 5D mark III y varios objetivos de rotación componían todo el equipo que necesitó para la primera etapa de la creación.

“Después, ya con las fotografías en el ordenador, es el momento de trabajar con PhotoShop para manipular el material”, explica Delory, quien además cuenta con una vasta librería de imágenes que le permiten crear los fotomontajes que caracterizan su obra. El resultado ha sido este portfolio en el que diversos templos de oración se han convertido en altares de consumo. Carrefour, Aldi, Lidl… “Todos son bienvenidos en la casa del Señor”. El artista ya trabaja en un nuevo proyecto, Pilgrimage along modernity (Peregrinaje a lo largo de la modernidad), un tributo a los ‘monumentos’ de la modernidad.

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