La Mini Globe Race zarpó este domingo desde la isla caribeña de Antigua y Barbuda como uno de los mayores retos que hemos visto en el mundo de la vela en los últimos tiempos. 15 navegantes dedicarán poco más de un año de sus vidas en darle la vuelta al mundo en un periplo de cinco etapas que concluirá en la misma Antigua en marzo de 2026.
El gran aliciente es que entre la flota tendremos a una española, Pilar Pasanau, que a bordo del Peter Punk intentará culminar la mayor aventura náutica de su vida. Y eso que Pilar, marina mercante de profesión, es una de las navegantes españolas con más millas en su popa, pero la hazaña que supone surcar los océanos más amenazantes del planeta en una cáscara de nuez como son los veleros de la clase Mini la tiñe de un componente heroico.
Los Mini son veleros de 5,80 metros de eslora que suelen ser el primer escalón en la trayectoria oceánica de los mejores navegantes del mundo. Su mayor travesía suele ser el cruce del Atlántico, un recorrido que tiene su regata emblemática, la Mini Transat, cuna de prácticamente todos los regatistas que han acabado dominando posteriormente la Vendée Globe y otras regatas que ya son palabras mayores dentro de la vela profesional.

Esta es la primera vez que se organiza una regata en solitario de esta magnitud. Nadie puede afirmar con rotundidad que vaya a ser un éxito. Los que sí que tienen fe ciega en ello son los participantes lo saben, ya que si no no habrían pasado años construyendo sus veleros en patios y garajes de todo el mundo. Sea cual sea el resultado, están decididos a demostrarle al mundo que vale la pena perseguir ciertos sueños y que asumir riesgos de manera responsable puede ser el mejor camino para que la vida tenga sentido.
La McIntyre Mini Globe Race (MGR), concebida y organizada por el y navegante solitario australiano Don McIntyre, está intentando redefinir las reglas de las regatas en solitario alrededor del mundo. No hace falta tener un presupuesto desorbitado ni ser un deportista de élite, ni mucho menos utilizar tecnologías prohibitivas. Los organizadores afirman que por 60.000 euros puedes construir y equipar tu velero. Solo hacen falta unos tablones de contrachapado, pasión y perseverancia para cumplir el sueño de circunnavegar el planeta en un velero. Y una gran dosis de marinería, eso sí que es indispensable.
Pilar Pasanau ha ido ahorrando como una hormiguita para cumplir su sueño, Hasta hace prácticamente un par de semanas no confirmó que podía zarpar en la aventura. Sus amigos del Marítimo de Barcelona incluso organizaron un concierto de jazz para recaudar fondos y ayudarla. Al final ha podido largar velas con una sonrisa en el rostro.
«Soy navegante. He navegado toda mi vida. He cruzado el Atlántico varias veces, algunas en solitario. Ahora me estoy preparando para dar la vuelta al mundo en solitario. Ese ha sido mi objetivo toda mi vida. Estoy feliz sabiendo que puedo estar en la línea de salida de la Globe 580 Transat», decía pocos días antes de salir. Ahora ya está en plena batalla con el océano y con el sueño de estar de vuelta en poco más de doce meses.
Porque esta vuelta al mundo consiste más en acabarla que en ganarla.