Madrid ha sido a principios de febrero el centro de pruebas europeo de la nueva sensación eléctrica del mercado automovilístico, el Atto 2, el SUV pequeño del fabricante chino BYD (siglas de Build Your Dreams: “haz realidad tus sueños”). Las circunstancias son las que son: con la incertidumbre generalizada ante el espinoso asunto de los aranceles, la indecisión que muestran los gobiernos europeos sobre su voluntad de apoyar decididamente incentivos para los coches eléctricos, y la capacidad china de hacer lo mismo, igual de bien y por menos dinero, que los grandes nombres de la industria europea, japonesa, coreana y americana, todo parece alinearse para que BYD, el principal fabricante, al menos en lo que se refiere a coches eléctricos, de China. Hay que recordar que BYD presume de ser una empresa dirigida por ingenieros con enormes recursos tanto técnicos como humanos.
Después de lanzar un SUV eléctrico familiar (el Atto 3), un gran utilitario eléctrico (el Dolphin) y una impresionante berlina deportiva (el Seal), BYD viene ahora a “apoderarse” del segmento de mercado más importante de Europa: los SUV pequeños. Y para ello, la marca organizó en IFEMA una gran concentración de periodistas españoles e internacionales. Pocas veces (yo nunca) hemos asistido un desembarco tan grande: más de sesenta coches a disposición de periodistas para hacer un recorrido por parejas por las carreteras madrileñas, pasando por poblaciones como Guadalix de la Sierra, Soto del Real, Manzanares el Real, Colmenar Viejo y un recorrido urbano por Madrid.
Frente a la mayoría de sus rivales actuales (desde el Jeep Avenger y el Opel Frontera, al Toyota Yaris Cross, el Citroën C3 Aircross y el Renault Captur), el Atto 2 tiene una ventaja significativa: su habitáculo. Para quien siga pensando que los coches fabricados en China sólo son baratos y sin personalidad, el Atto 2 le da la vuelta a esa idea. Tiene un interior más bonito y con más clase que el de algunos de sus competidores (más cercanos a Dacia, ejemplo de marca que prima el precio por encima de todo, que a los modelos de gama alta de alguna de esas marcas, en cuanto a elegancia). Además, el Atto 2 tiene asientos de imitación de cuero muy suaves (de serie), un techo panorámico de cristal (de serie) y un nivel general de ajustes y acabados impresionante. No es del todo premium, pero no está lejos y sin duda es mejor que los estándares de esta clase de SUV pequeños. El espacio también es bueno, con un amplio espacio para las piernas y la cabeza en la parte trasera, y un maletero razonable de 400 litros.

La gran pantalla en el centro del salpicadero (10,1 pulgadas en los modelos Active básicos y 12,8 pulgadas en la versión Boost) está francamente bien. Cuenta también con botones físicos, pero mejor aún es la actualización de software, que fija los controles del aire acondicionado de forma permanente en la parte inferior de la pantalla y permite un deslizamiento “multitáctil” de tres dedos, lo que significa que se puede modificar la temperatura del habitáculo deslizando el dedo hacia arriba o hacia abajo en cualquier parte de la pantalla.
Y también ofrece infoentretenimiento: Spotify, YouTube y juegos integrados para entretenerte durante las paradas de carga e, incluso, un sistema de karaoke. Y lo que es más importante (bueno, dependiendo de lo importante que consideres el karaoke), el Atto 2 viene, por ahora, con una batería de 45,1 kWh (más robusta y duradera que las baterías de iones de litio más comunes, que BYD garantiza durante 200.000 km) que le da una autonomía de 312 km. No parece demasiado, pero es suficiente para quienes no recorren grandes distancias con regularidad, y es una autonomía realista, como demostró en el recorrido por los alrededores de Madrid, en un día en el que hubo que recurrir a su sistema de calefacción con bomba de calor de serie (prestad atención, fabricantes de coches europeos que cobran un extra por este tipo de elementos). Sus prestaciones son buenas –los 170 CV y 290 Nm de par se entregan con suave progresividad– pero no son, precisamente, lo de un deportivo. Pero da igual: no hace falta que nuestras autopistas carezcan de límite de velocidad, como puede suceder en Alemania, porque nuestros límites también son menores que los de Francia o Italia.
El Atto 2 ha sido ajustado para ofrecer una calidad de rodadura suave y elástica para enfrentarse a los ritmos urbanos, y su dirección es ligera y gomosa, permitiendo disponer de un radio de giro estrecho, muy útil en ciudad o en carreteras de montaña muy estrechas, como las de las “Siete revueltas” del Puerto de Navacerrada (a donde no llegamos, pero lo intuimos), que se resume en “totalmente competente”, y con un refinamiento y confort más que suficiente (ayudados por esos excelentes asientos delanteros).
Una primera impresión generalizada entre colegas es que el Atto 2 supondrá un quebradero de cabeza para los ejecutivos de las compañías automovilísticas europeas, porque BYD, haciendo gala de su mano de obra china ha demostrado que es posible fabricar coches casi Premium por debajo de los 30.000 euros.