Opinión Mario Fernández Forcada

Sostenibilidad, arquitectura y captación de talento

El mundo evoluciona y es una necesidad del ser humano la adaptación al mismo, pero no a cualquier coste. Durante muchos años, el papel que ha jugado la arquitectura en la sociedad, ha estado basado en la consumación de desmanes que han alimentado un peligroso juego en materia edificatoria sobre qué proyecto ostentaba mayor vanguardia a costa de todo y muchas veces por nada.

Frente a esta situación de desenfreno comenzó, hace no pocos años, el uso de una palabra que figura ya en la mente de todos, como es la sostenibilidad. Sin embargo, dicho uso se ha banalizado en exceso, careciendo de la eficacia que poseía al inicio, si bien puede aportar un gran valor a la sociedad.

Por su parte, el sector de la construcción debe asumir la necesaria trilogía que gira en torno a un cambio de modelo, método y materiales, que permitan la sostenibilidad del mismo a largo plazo, reduciendo el carbono incorporado y creando una industria de la construcción con cero emisiones. Los materiales sostenibles requieren capacidades de abastecimiento estratégico de origen a obra. Los métodos sostenibles de una colaboración eficaz entre proveedores y programas de desarrollo. Y finalmente los modelos sostenibles obligan a un perfecto enfoque en el cumplimiento de los gastos, porque hay que recordar que ser sostenibles no debe significar producir más caro.

Siendo el responsable mundial del 39% de las emisiones anuales brutas de gases contaminantes, nuestro sector tiene la obligación de introducir este nuevo valor en la necesaria reconversión e industrialización que nos precede, sin por ello incrementar los costes operativos, si la aplicación de los criterios de sostenibilidad se realiza desde el origen.

En el mundo empresarial, el cual no vive ajeno a las cuestiones sociales, la sostenibilidad ha pasado de ser una ventaja competitiva a un requerimiento fundamental en cualquier iniciativa. De este modo, las empresas actualmente se encuentran en un punto de inflexión en materia de sostenibilidad. Las primeras ya están adoptando esta forma de hacer negocios, ayudando a las personas y al planeta, a la vez que mejoran sus resultados a largo plazo. Otras corren el riesgo de quedarse atrás.

Incluida dentro de las políticas de responsabilidad social corporativa, la aplicación de la sostenibilidad en la política estratégica de la empresa, permite mejorar la transparencia, fomentar la innovación, aumentar el compromiso, pero sobretodo atraer talento a la organización e involucrar de un modo efectivo al equipo. No en vano, según acredita Deloitte en recientes estudios, existe una alta demanda de candidatos en búsqueda de empleadores con conciencia ambiental y social. Talento y sostenibilidad van ligados de la mano.

Sostenibilidad como indicador de futuro exitoso

¿Por qué la sostenibilidad está cada vez más integrada en los criterios de inversión? Muchas son las ventajas que ofrece la incorporación de este concepto en las inversiones inmobiliarias. Resiliencia ante crisis, por su autonomía relacionada con una economía circular; innovación y competitividad; adaptación a las expectativas de un consumidor cada vez más concienciado con los problemas sociales y medioambientales; y mejora de la reputación empresarial que deriva en una mayor lealtad del cliente, así como en la nombrada atracción de talento que busca trabajar en organizaciones con valores alineados.

Al margen de disponer de un parque inmobiliario cero emisiones en 2050, cuyo logro dependerá en gran medida del apoyo de las políticas sociales, considero que el logro ha estado en poder ver cómo a medida que ha pasado este último decenio, las ventajas de un modelo en el que pocos creíamos y defendíamos, a costa de sacrificar la contratación de un gran número de proyectos sin estos valores relatados, ahora componen la base del futuro de la arquitectura y construcción.

Y es que, en nuestro sector, el auge de la arquitectura sostenible ha venido para quedarse, es la principal tendencia para los próximos años, debido a los beneficios que presenta y la atracción de talento que genera, de la cual no me cabe la menor duda que es el mayor valor de cualquier empresa, las personas que la componen.

Efectivamente, la sostenibilidad no solo es una responsabilidad ética, sino que también es una estrategia inteligente para asegurar el éxito de cualquier inversión.

CEO Whatsarq Architecture