Para los que no estén muy metidos en el mundillo de la Copa América, esta noticia les parecerá un galimatías. Pero en todos los pantalanes los aficionados llevan tiempo pendientes del sonado divorcio que se había producido en el seno del desafío inglés, el Ineos Britannia flamante ganador de la Copa Louis Vuitton (la previa de la Copa América) en aguas de Barcelona. Y es que las consecuencias de este divorcio tenían paralizado el futuro del trofeo deportivo más antiguo del mundo.
En un lado del ring en esta particular pelea estaba Jim Ratcliffe, una de las mayores fortunas del Reino Unido y dueño de Ineos, principal patrocinador del equipo inglés. En el otro Ben Ainslie, uno de los mejores regatistas de la historia de la vela, con cuatro oros y una plata olímpicas en su palmarés, además de haber liderado al primer desafío británico que gana la Louis Vuitton y se clasifica para la Copa América desde tiempos inmemoriales.
Después de alcanzar este gran logro el año pasado en aguas de Barcelona, el Ineos se convirtió en el Challenger of Record, que es el equipo con el que el ganador de la Copa América (en este caso el New Zealand) pacta las normas de la siguiente edición. Un buen día, Ratcliffe emite un comunicado anunciando que Ben Ainslie ya no sigue en el Ineos. Y Ainslie, que se quedó alucinado porque pese a haber tenido sus diferencias no esperaba un órdago tan grande, tarda poco en anunciar que él sigue pero con su propio equipo, el Athena Racing.
Al producirse esta crisis, el New Zealand se queda sin un interlocutor claro para fijar las normas de la próxima edición de la Copa, por lo que todo se paraliza. Sin embargo, aquí entra un matiz importantísimo: el Challenger of Record no lo firma un equipo, sino un club náutico, que en este caso es el Royal Yacht Squadron, ubicado en la legendaria isla de Wight, donde arrancó la competición en 1851.
Por lo tanto, es el club náutico quien tiene que posicionarse: el equipo que compite bajo su gallardete, ¿es el Ineos de Ratcliffe o el Athena de Ainslie? Ayer, por fin, llegó la respuesta, y en su página web explicitó que su equipo es el Athena Racing. «Royal Yacht Squadron Ltd is honoured to be the Challenging Club for the British Challenger of Record Athena Racing for the 38th America’s Cup», reza textualmente el texto, que aunque no se tenga dominio del inglés se entiende perfectamente.