El futuro de la inteligencia artificial (IA) no se definirá solo en las oficinas de OpenAI o en los laboratorios de Google. China está construyendo su propio ecosistema de IA, y los mercados ya están tomando posiciones. Las grandes tecnológicas chinas han pasado de ser seguidores a jugadores clave en la nueva ola de IA. El ascenso de DeepSeek R1, con su modelo eficiente y de código abierto, es solo la punta del iceberg. Las empresas chinas han encontrado formas de optimizar recursos, reducir costos y, lo más importante, democratizar la tecnología de IA de una manera que Silicon Valley aún no ha logrado.
Durante años, la narrativa en Occidente ha girado en torno a la idea de que solo las grandes tecnológicas con acceso a miles de millones en infraestructura y los chips más avanzados podían liderar esta industria. Sin embargo, China ha demostrado que la innovación no siempre depende de los mayores presupuestos, sino de encontrar soluciones más eficientes. Alibaba lo ha entendido bien y ha dado un paso estratégico al asociarse con Apple para mejorar las funciones de IA en los iPhones vendidos en China. Con esta jugada, no solo fortalece su posición en el mercado, sino que refuerza el dominio de Apple en un país donde la competencia con marcas locales es feroz.
Por otro lado, Tencent sigue su propio camino y está integrando la IA en su vasta red de servicios. Desde WeChat hasta plataformas de videojuegos y contenido digital, su modelo Hunyuan está ampliando las capacidades de generación de texto, imagen y video a niveles que están captando la atención de inversores dentro y fuera de China. Mientras tanto, ByteDance, la empresa detrás de TikTok, no se ha quedado atrás y está ganando protagonismo con su aplicación de IA Duobao, que ofrece herramientas avanzadas de generación de contenido sin los elevados costos que suelen acompañar a la tecnología de vanguardia.
Por último, Baidu ha apostado por una estrategia diferente con Ernie, su modelo de IA que se ha vuelto un referente en el mundo del código abierto. En lugar de restringir el acceso a su tecnología como hacen OpenAI y Google, Baidu está incentivando a desarrolladores de todo el mundo a colaborar y mejorar sus capacidades. Esta apertura no solo acelera la adopción de la IA en múltiples sectores, sino que también hace que sea más difícil para Occidente ignorar el avance chino en esta industria.
Las tecnológicas chinas no necesitan permiso para liderar la nueva ola de IA
Los mercados han comenzado a abrir los ojos. Alibaba ha subido más de un 50% en apenas mes y medio. Tencent ha alcanzado su nivel más alto en Bolsa desde 2021 tras la integración de DeepSeek en WeChat. Por su parte, Baidu sigue atrayendo a inversores con su estrategia de expansión y su apuesta por modelos de IA accesibles y escalables. No es ninguna sorpresa que los analistas de Goldman Sachs hayan ajustado sus previsiones al alza para el índice MSCI China ya que estiman que la adopción de IA podría impulsar el crecimiento de las ganancias y potencialmente generar 200.000 millones de dólares en entradas. Esto significa que la IA podría aumentar las ganancias por acción de las empresas chinas en un 2,5% anual durante la próxima década.
Al otro lado del mundo, la reacción en Silicon Valley ha sido más incierta. Elon Musk ha dejado claro que quiere controlar OpenAI y se ha mostrado dispuesto a comprar la compañía si tiene la oportunidad. Mientras tanto, Google y Microsoft continúan invirtiendo en modelos cada vez más potentes, aunque sus costos operativos siguen siendo elevados en comparación con lo que han logrado DeepSeek y otras empresas chinas. La pregunta es si las grandes tecnológicas estadounidenses podrán mantener su dominio en un escenario donde la IA se está descentralizando a pasos agigantados.
El gobierno chino también está jugando su papel en esta historia. Las restricciones de Estados Unidos a la exportación de chips avanzados fueron un intento de frenar el desarrollo de IA en China, pero el efecto ha sido el contrario. En lugar de depender de tecnología extranjera, China ha acelerado sus inversiones en semiconductores y ya ha anunciado un plan para destinar 138.000 millones de dólares en los próximos cinco años a fortalecer su infraestructura en este sector.
El mercado ya ha tomado partido y Wall Street no puede seguir ignorándolo
Este giro en el equilibrio tecnológico tiene implicaciones profundas. Hasta ahora, la IA ha sido vista como una herramienta exclusiva de unas pocas empresas con los recursos necesarios para entrenar modelos gigantescos. China está demostrando que este paradigma está cambiando y que la IA puede ser más accesible, más eficiente y, sobre todo, más integrada en la vida cotidiana. Empresas como Alibaba, Tencent y ByteDance ya están aplicando IA en productos de consumo masivo, desde asistentes virtuales hasta plataformas de comercio electrónico que personalizan la experiencia del usuario en tiempo real.
Para los inversores, este cambio representa una oportunidad sin precedentes y un desafío considerable. Quienes han apostado solo por las Big Tech estadounidenses podrían estar ignorando el crecimiento acelerado de la IA en China y el impacto que esto puede tener en los mercados globales. Aunque las acciones tecnológicas chinas han tenido un desempeño volátil en los últimos años, el repunte reciente indica que los fondos de inversión están tomando posiciones con la expectativa de que la IA se convierta en un motor de crecimiento sostenido.