1. Asunto: breve y directo
Cuanto más conciso sea el asunto del correo electrónico, mucho mejor. Evita poner cosas tan banales como un simple “Hola”, o tan poco concretas como “Informe” o “Proyecto”. Puede que en ese momento el destinatario sepa el contenido de ese email, pero si dentro de un tiempo quiere buscarlo le será imposible.
2. En el cuerpo: conclusión o dato principal bien claro
A pesar de que expliques todo detalladamente y de una forma extensa, es bueno que al final pongas el resumen de esas palabras, la conclusión del texto o la finalidad del mismo.
3. Si adjuntas un documento o imagen, indicarlo en el texto
A veces adjuntamos un archivo a un mail y no avisamos al destinatario de que lo hemos hecho pensando que lo verá o le llegará seguro. A veces por despiste no verá lo que has adjuntado y otras puede que tu archivo no cargue de forma correcta y no llegue a su destinatario. Avisa en el correo de que hay un documento adjunto y cuál.
4. Escribe con una perfecta ortografía
En un correo de trabajo la ortografía tiene que ser impecable, aquí no vale “comerse” vocales (no debería hacerse nunca) ni nada por el estilo. Además se ha de ser lo más correcto y educado posible en el lenguaje.
5. Firma al final del mail
Es deseable tener una firma estándar al final de nuestro correo con, por ejemplo, nuestro nombre y apellidos, teléfono de contacto y cargo. También puedes añadir algún logotipo de la empresa.