Tras una vida definida por su pasión por el arte contemporáneo, la galerista, coleccionista, mecenas y principal impulsora del museo que lleva su nombre en Cáceres ha fallecido hoy en Madrid a la edad 88 años, dejando tras de sí un legado ejemplar.
Helga de Alvear nació en la localidad alemana de Kirn/Nahe (Renania-Palatinado). Con veinte años viajó a España para aprender el idioma y tras su paso por la universidad Complutense, donde estudió Cultura Hispánica, conoció a su marido, el arquitecto Jaime de Alvear, con quien contrajo matrimonio. Entró a trabajar en la Galería Juana Mordó, que más tarde convirtió en su proyecto personal a partir de las enseñanzas y el modelo de gestión de su mentora. En 1995 decide dar un giro a su carrera abriendo una nueva galería bajo su propio nombre en un espacio de más de 900 metros cuadrados junto al Museo Reina Sofía, donde hace una apuesta por el arte contemporáneo más internacional, con un especial interés por la fotografía, el vídeo y la instalación que por aquellos años son casi desconocidas en España.
Fue una persona generosa, no solo por haber dejado su legado a Cáceres, también por las muestras de apoyo al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), participando activamente en la Fundación Museo Reina Sofía, desde el comienzo en 2011, y contribuyendo a su colección con excelentes donaciones durante los años en los que formó parte del Patronato de dicha Fundación.
Precursora incansable del museo que abrió en Cáceres en 2021, tras más de una década de gestiones y debates, le acompañó en este recorrido su gran amigo José María Viñuela, (exconservador de Banco de España, fallecido en 2022, poco después de que el museo abriera sus puertas) sin quien no se entendería un proyecto que recaló en Extremadura gracias a una visión compartida. Igualmente, Jose y Toño, impulsores y propietarios del restaurante Atrio, estuvieron a su lado, alentando ese sueño y compartiendo con ella todos los vaivenes que un proyecto de esa envergadura exigió.
Sería excesivamente extenso enumerar todos los premios medallas, y reconocimientos que ha recibido a lo largo de toda su carrera, en España. Portugal y Alemania. Siempre antepuso el arte, los artistas y su pasión por encima de cualquier obstáculo o dificultad. Su legado, una ambiciosa colección internacional, muestra el devenir del arte del siglo XX y XXI como pocas en Europa.
En un mundo convulso y tan precario en valores como el actual, Helga de Alvear es un ejemplo de la capacidad de influencia que tienen las personas que desde el mecenazgo apoyan el arte y a los artistas como vía de transformación social.