‘Prohibido quejarse’. Ése sería el lema de estos establecimientos de verdadero lujo, tan exclusivos que uno debería poder quedarse en ellos para siempre. A más de un alto ejecutivo, incluso, no le importaría dirigir sus negocios desde estos paraísos.
Joali Maldives Muravandhoo Island, Maldivas
Pocos lugares se ajustan con tal precisión a la idea del paraíso como este archipiélago tropical perdido en el Océano Índico. Nada menos que 1.190 islas diminutas, bordeadas por anillos de coral, de las que alrededor de un centenar están ocupadas por un único hotel. Ninguno como Joali Maldives Muravandhoo Island, en el que la estancia no sólo propicia un lujo difícil de superar sino también todas las facilidades para desarrollar el negocio en un escenario idílico. Si bien el embarcadero más largo del país y una pista de aterrizaje para los hidroaviones permiten conectar con la realidad en caso de necesidad, aquí lo propio es trabajar plácidamente desde sus enormes y so!sticadas residencias, sus elegantes villas frente a la playa o sus bungalows sostenidos sobre el mar bajo los que se deslizan miles de peces de colores mientras se teclea en el portátil. Todo, incluida la decoración basada en el poder inspirador del arte, está concebido para hacer honor a su lema: “La alegría de vivir”.
Amangiri Hotel Gran Cañón del Colorado, Arizona, EE UU
Que Bill Gates o Mark Zuckerberg se cuenten entre sus habituales (y que las Kardashian, de hecho, fueran las primeras en descubrirlo) es mucho más que el indicio de
un derroche de exclusividad. Este irresistible alojamiento en pleno desierto de Utah, en Estados Unidos, justo en el epicentro de algunas de las mejores reservas naturales del país (el Gran Cañón, Monument Valley, Bryce Canyon o el Zion National Park) alcanza la categoría de sueño. Con los mismos colores terrosos de las montañas y las dunas, de los acantilados y las gargantas, sus villas de estilo modernista se mimetizan con el más icónico paisaje del oeste americano, mientras que la piscina, integrada en los pliegues de las crestas, es como un oasis que devuelve el re!ejo de los cañones. Para quien no quiera dejar de trabajar están sus pabellones completamente equipados (internet de alta velocidad, Apple TV y sistemas de proyección de datos). Y para relajarse después, un insuperable spa con trata- mientos personalizados de conciencia plena al aire libre.
La Mamounia, Marrakech, Marruecos
La sensualidad y el exotismo de Oriente están concentrados en este hotel de Marrakech, que recrea como ningún otro la atmósfera de Las Mil y una Noches. Un auténtico santuario del lujo y el refinamiento que el pasado año cumplió un siglo de vida sin perder por ello su magia (la reforma del célebre dúo de diseñadores Patrick Jouin y Sanjit Manku sirvieron para potenciar la elegancia del que está considerado uno de los mejores hoteles del mundo). Nada puede superar la exuberancia de sus jardines, la delicadeza de sus terciopelos, el aroma a dátil y naranja que desprenden sus estancias, incluidos los salones para eventos y convenciones donde uno quisiera establecer su oficina para toda la vida. Por si fuera poco, el apartado gastronómico garantiza la felicidad del paladar con una representación exquisita de las cocinas asiática, mediterránea, italiana y marroquí. ¿A quién extraña que La Gran Dama –como se le conoce– fuera el hotel favorito de Winston Churchill, Charles Chaplin o Elton John, entre otras muchas figuras ilustres.
The Peninsula Hong Kong
La ciudad que despunta como un hub de negocios perfecto –con los principales mercados de Asia a menos de cuatro horas de distancia y más de 9.000 empresas que han instalado en ella su centro de operaciones– tiene en The Península Hong Kong un reflejo de su capacidad ilimitada para estrechar lazos comerciales. Porque este hotel, que fue inaugurado en 1928, no sólo ostenta el récord de poseer la mayor flota de vehículos de lujo Rolls Royce, sino que además presume de una nueva y revolucionaria tecnología en todas sus habitaciones. Más allá de sus facilidades, la elegancia atemporal, la hospitalidad contemporánea dentro de una atmósfera clásica, los restaurantes galardonados y la icónica piscina cubierta de estilo romano garantizan una estancia inolvidable.
W Reserva Conchal, Costa Rica
Con un atrevido diseño que reinventa la idea del lujo, este lodge escondido entre los manglares de Guanacaste tiene todos los ingredientes para hacer realidad una estancia no sólo inolvidable sino también cien por cien verde y ecológica. Es lo que se viene a practicar en Costa Rica, un ecoturismo sin fisuras en el lugar que no sólo es el vergel más codiciado de Centroamérica, sino también el país con la mayor biodiversidad del mundo, como bien se puede comprobar en el W Reserva Conchal. Uno querrá quedarse a vivir en esta suerte de oasis moderno, donde la decoración exhibe una mezcla indígena y surfera, y donde el entorno se dibuja con exótica vegetación tropical y la arena blanca de una playa bañada por el Pacífico. Con un spa que es una oda a las más de 1.500 especies de mariposas del país y un área de negocios que incluye dos estudios, una sala de reuniones estratégicas y un Great Room, la productividad también está garantizada en esta escapada al paraíso.