Opinión Eugenio Mallol

Los 11 segundos que encumbran al coche autónomo en el CES

La CEO de Waymo recibe un trato estelar en el gran evento de la tecnología de consumo en Las Vegas, rendido a la conducción autónoma, uno de los grandes hitos de la inteligencia artificial.

Un camión autónomo de Volvo, sin conductor, dotado del sistema Aurora Driver, avanza por una autovía en medio del desierto de Texas en lo que sería una “noche oscura del alma” para la tecnología. Una persona al volante no esperaría ver a un peatón al borde de la carretera en estas circunstancias, pero eso es exactamente lo que el Aurora Driver está a punto de detectar, explica su fundador y CTO, Sterling Anderson, en el CES de Las Vegas.

El sistema artificial lo percibe 11 segundos antes que cualquier persona y a 300 metros de distancia. En ese tiempo, Aurora Driver ha localizado el bulto andante, lo sigue, decide que es más seguro pasar al carril de la izquierda para alejarse de él, analiza el tráfico, se incorpora y lanza suficiente luz al viandante al cruzarse. “Eso puede salvar una vida”, dice Sterling Anderson.

El coche autónomo se ha convertido en la estrella del CES de Las Vegas. La CEO de Waymo, Tekedra Mawakana, ha ocupado el sillón más elitista del certamen, el del escenario de la cena Leaders in Technology. Su compañía de coches autónomos, ahora sí, es un auténtico nombre propio ascendente del ecosistema tecnológico.

Alphabet, la matriz de Google, acaba de encabezar una inversión de 5.600 millones de dólares junto a nada menos que Andreessen Horowitz, Fidelity, Perry Creek, Silver Lake, Tiger Global y T. Rowe Price. Waymo cierra 2024 con cuatro millones de viajes pagados y 1,6 millones de kilómetros recorridos a la semana, “más de lo que una persona conduce en toda su vida”, dice Mawakana.

Después de analizar las reclamaciones de responsabilidad civil por colisiones generadas por coches Waymo a lo largo de 40,7 millones, la reaseguradora Swiss Re ha concluido que son un 88% menos que las que generan los conductores humanos en el caso de daños a la propiedad y un 92% menos en el de lesiones corporales.

Este dato, de ser cierto, puede marcar precisamente la diferencia, en materia de rentabilidad, con Uber (con la que Waymo tiene acuerdos en Austin y Atlanta) y Lyft, que tienen que destinar grandes cantidades de dinero a seguros. De hecho, Lyft se ha descolgado de la carrera, Waymo la está barriendo en muchos mercados. No hay lugar para el tercero.

En San Francisco y Phoenix, los coches autónomos de la empresa que dirige Mawakana han sufrido un 81% menos accidentes por despliegue de airbag, un 78% menos accidentes causantes de lesiones y un 62% menos accidentes denunciados por la policía que los conducidos por personas.

Mientras las redes sociales se divierten con vídeos de coches autónomos dando vueltas infinitas a rotondas o deteniéndose cuando alguien les muestra una camiseta con el símbolo de Stop desde la acera, errores que el software va corrigiendo en tiempo real, Waymo, Zoox de Amazon y Tesla plantean un nuevo paradigma al sector automovilístico.

Mawakana habla de un modelo de inteligencia artificial (IA) generativa monumental “construido en el mundo en tres dimensiones”, que se casa con los modelos de lenguaje visual para crear un sistema end to end robusto y multimodal. El mundo físico reinventado por la IA.

Waymo puso inicialmente el foco en la creación de un ecosistema de vehículo eléctrico, y firmó alianzas para cargarlo con Terawatt, Evgo o Volterra. El siguiente paso es marcar el futuro a toda la industria automovilística. Mawakana vislumbra coches diseñados no pensando ya en el conductor, sino en los ocupantes, “con más espacio, acceso y salida fácil, puertas que se abran como en un ascensor”.

Su acuerdo con Hyundai introducirá el IONIQ 5 en sus flotas a partir de 2026. “¿Dónde se construye y donde se ensambla el driver de Waymo? En Detroit”, dijo Mawakana para entusiasmo de la audiencia del CES.

Tras un evento del sector de la fotónica, Pascual Muñoz, directivo de la española VLC Photonics, integrada en el grupo japonés Hitachi, me decía que la batalla clave estaba en el lidar (laser imaging detection and ranging), esa nueva generación de radares basados en láser que permiten ‘observar’ mejor el entorno. “Nadie quiere tener una cafetera en el techo del coche”, apostillaba, y ponía el acento en la carrera por la miniaturización.

El sector tecnológico parece haber respondido a Muñoz con una pregunta: ¿a quién le importa tener una cafetera en el techo del coche? El sistema de percepción de Aurora Drive utiliza cámaras de alta resolución, radar de imágenes, láseres de corto alcance, micrófonos y un lidar patentado de primera luz. El sistema de 6ª generación de Waymo incluye 13 cámaras, cuatro lidar, seis radares y una matriz de receptores de audio externos (EAR).

Los robotaxis de Zoox funcionan con múltiples GPU de Nvidia, los procesadores gráficos sobre los que se basa el boom de la IA generativa y que integran la información de los sensores para crear una visión clara del entorno. El fundador y CEO de NVIDIA, Jensen Huang, ha sido la figura omnipresente del CES de Las Vegas.

Tesla se está quedando descolgada en los momentos iniciales de la carrera del coche autónomo por las reticencias de Elon Musk con el lidar, pero su liderazgo absoluto en la integración de la IA en los coches la convierten en el caballo ganador absoluto, según Huang.

Los primeros Jaguar I-PACE totalmente eléctricos de Waymo llegan a Tokio estas semanas. La compañía de taxis más grande de Tokio, Nihon Kotsu, supervisará su integración en el tráfico, que todavía tiene que superar los condicionantes técnicos y recibir el visto de las autoridades japonesas.

Combustión, eléctrico, híbrido, pila de combustible… no, la auténtica disrupción en el automóvil viene de la mano del software, los sistemas de visión artificial y los procesadores de IA. El cambio ha comenzado ya y cuanto más tarde Europa en adaptarse a él, más complicado será para su industria diseñar el coche del futuro.

Artículos relacionados