Opinión Kerman Romeo

Benditos nervios

Cuando no siento nervios, estoy nervioso.

illustration. person expressing a negative and sad message.

Siempre lo digo: si hay algo que me horroriza, es la falta de pasión. Puedo convivir con la torpeza, con el pesimismo o con la arrogancia, pero no con la ausencia de pasión. Los lacónicos, quienes no lo viven, me sacan de quicio. Son ya suficientes años para conocerme y es por eso que intento alejarme de quien camina por la vida sin energía. ¿Qué tal? Sin más. Con los sin más me hierve la sangre. Ni sufren, ni padecen. A mí me gusta todo lo contrario, vivir las cosas con intensidad, con apego. Y hay un sentimiento que me encanta: los nervios.

Cada vez que estoy nervioso, estoy también contento. Suelo actuar de forma algo estrambótica con los nervios. Quienes me rodean saben que, si me estiro la barba, es que me estoy poniendo contento porque algo me gusta; también que antes de salir al ruedo con una charla o con un evento en vivo puedo caminar 10 kilómetros sobre un metro cuadrado y dar un par de patadas de taekwondo (no es broma). Ese gusanillo me hace sentir vivo, sentir que estamos haciendo cosas que merecen la pena. No sentirlo significaría que nuestro paso es anodino. Sentir nervios significa que están pasando cosas.

Suele decirse que con el paso del tiempo uno siente menos nervios porque aprende a manejarlos y, quizá, porque se vuelve algo más desapasionado. Yo no soy capaz de no sentir nervios y, honestamente, no es algo que quiera. Una cosa es estar desquiciado y otra bien distinta sentir nervios. Para mí son siempre una preciosa alerta que indica que estamos donde queremos. Rara es la idea que me guste que no me haya producido nervios, por muy controlada que esté. Porque los nervios no tienen por qué ser paralizantes o sinónimo de descontrol. Son más bien responsabilidad, deseo de que las cosas salgan bien. Son pasión.

Últimamente estoy feliz porque he estado muchas veces nervioso. De hecho, sentir nervios se ha convertido paradójicamente en la fórmula perfecta para estar tranquilo. Supongo que será como con los deportistas y la adrenalina, que si no aparece, mala señal. Es curioso, pero, si no siento nervios, estoy nervioso. Hay veces que los sentimientos no tienen demasiada lógica. Es maravilloso que así sea.