1. Detectar el origen del problema. El miedo es un mecanismo psicológico de protección y en el ámbito laboral trata de evitar que tomemos alguna decisión equivocada. Por eso es importante conocer qué es lo que está desencadenando esa situación de nervios para poder aislar el problema y poner una solución. Dividir las fuentes de ansiedad y tratarlas por separado es el camino correcto para poder solucionar los conflictos que están generando ese sentimiento. Además, al solucionar los problemas que te preocupan te sentirás mucho más animado y tranquilo.
2. Afronta la inseguridad. Creer en las posibilidades de uno mismo es vital para poder sacar tu negocio adelante, no seas la causa de tu propio desanimo, aprende a creer en ti, si has llegado hasta donde estás es porque has tenido el valor suficiente. El miedo a decepcionar a nuestro entorno y el desanimo pueden bloquear nuestra visión y no permitir que tomemos las decisiones con seguridad. La motivación tiene que salir de dentro de ti, si confías en que vales así será.
3. Demuéstrate que puedes afrontar los problemas. No te acomodes, tú eres el dueño de tu negocio por tanto llévalo lo más lejos posible y continúa desarrollando nuevas ideas y formas de ir un paso más allá. Asumir desafíos te convertirá en un mejor emprendedor y hará que tu sueño inicial evolucione y se transforme en algo mucho más grande y amplio de lo que fue en un principio. El miedo real es a perder lo que has construido así que supera tus propios desafíos y convierte tu temor en tu aliado.