Ante la necesidad de un nuevo azul, el ministro de Napoleón Jean-Antoine Chaptal encargó al distinguido químico Louis-Jacques Thénard —descubridor entre otros del agua oxigenada y del boro— el desarrollo de un sustituto sintético del azul ultramar. Así, inspirado por el elegante y llamativo esmalte de la porcelana Sévres elaborada con cristales con sales de cobalto, Thénard decidió probar con una combinación de cobalto y alúmina. Este nuevo azul no sólo conquistó al ministro francés, sino que cambió para siempre la historia del Arte. Puro y refulgente vistió las noches estrelladas de Van Gogh. Pocos azules representan mejor el carácter festivo de la Navidad, y ahora Joyería Suarez, fiel a su legado de artesanía y lujo forjado durante 80 años por tres generaciones, lo ha elegido como protagonista de su colección navideña, que inspira magia y virtuosismo.
En colaboración con la Real Fábrica de Cristales de La Granja, Suarez presenta una selección de bolas de Navidad, inspiradas en la belleza y perfección de las joyas de la casa. Se trata de una colección de piezas únicas, diseñadas a partir del cristal más puro y trabajadas con detalles gallonados y formas orgánicas. Al igual que las joyas de Suarez, estas creaciones navideñas únicas brillan con luz propia y se convierten en un símbolo de momentos inolvidables.
Como no podía ser de otra manera tratándose de uno de los máximos exponentes del lujo español, cada una de estas piezas reflejan la tradición de la artesanía española en cada detalle, en un paralelismo con las excelencia de las joyas que destacan por su precisión y sofisticación. Estas piezas no son sólo un objeto, sino que son un tributo a la dedicación y al tiempo invertido en su creación, un proceso donde la pasión por la perfección se traduce en piezas que cuentan historias, como lo hacen las joyas de la casa, y que al igual que estas fiestas, están ellas de significado y valor emocional.