Para Lello Caldarelli hubiera sido demasiado obvio identificar su marca de ropa con su nombre. Además, Rafaelle Caldarelli (Raffaele es su nombre real, aunque a él le gusta que todo el mundo le llame Lello) es demasiado largo y demasiado ligado a una familia vinculada desde hace décadas con el mundo de la moda. No hubiera encajado con la idea de presentar una marca innovadora y contemporánea vinculada a las tendencias internacionales. “De ahí la elección de un nombre moderno, una especie de apodo que pueda expresar de forma conjunta la pulsión mundial de las colecciones y el ADN italiano de la firma. Por eso elegí un nombre de origen mixto: Morato marca el carácter italiano, mientras que Antony tiene una resonancia más internacional”.
INSPIRACIÓN VIAJERA
Cuando Lello Caldarelli era pequeño soñaba con viajar. Tenía un deseo casi enfermizo por conocer gente nueva y nuevas culturas. “Por eso fue un amor a primera vista cuando me subí por primera vez a un avión. Se disiparon todas las dudas, quería ser piloto”. Nunca llegaría a hacer realidad su sueño. Aunque ha materializado muchos otros. Y estos nuevos sueños le han permitido seguir viajando. “He viajado mucho gracias a mi trabajo. Cuando pienso en una nueva colección, trato de inspirarme visitando nuevos lugares, especialmente Asia y Europa, donde siempre encuentro muchas fuentes de inspiración observando cómo se comporta la gente, la moda y las tendencias locales”.
Lello Caldarelli era insultantemente joven cuando puso en marcha su propia marca, Antony Morato. Era 2007, tenía 26 años, experiencia con algunas de las firmas más importantes del sector en Italia y la seguridad que otorga el descaro juvenil para lanzarse a la aventura. “Comencé trabajando en moda femenina. Esto me permitió familiarizarme y comprender las necesidades de la moda contemporánea y las innovaciones en términos de materiales y detalles. Cuando di el salto a la masculina creando Antony Morato, traje este know-how y la idea de nunca repetir una colección, volver a discutir cada temporada quiénes somos, pero al mismo tiempo respetar siempre el ADN de la marca”. Afirma que decidió crear y desarrollar su visión personal sobre la moda inspirándose en la tradición italiana por el vestir, pero siempre inclinándose hacia las nuevas tendencias internacionales.
UNA SATISFACCIÓN ÚNICA
Calderelli recuerda perfectamente el primer día en las dependencias de Antony Morato. Explica que su equipo y él se pasaron toda la jornada trabajando en la organización y la estructura de la oficina y adaptando el diseño de la sala de exposición. Montando escritorios y colocando ordenadores hasta altas horas de la madrugada para el día siguiente poder comenzar a trabajar en su primera colección. “Pasé de crear una empresa en la que solo trabajaban unas pocas personas a mi alrededor, a la gran responsabilidad de administrar un negocio con una organización compleja y mucha gente dependiendo de mí. Pero este es el coste natural de conducir un coche deportivo rápido. Es algo de lo que siento el peso, pero al mismo tiempo estoy realmente orgulloso de los resultados que obtenemos y de todas las personas que trabajan conmigo”.
Tampoco olvida el primer pedido que le realizaron. Fue el 4 de marzo de 2007. “Estábamos emocionados por la apertura de nuestro showroom durante la primera campaña de ventas. A las ocho y media ya estábamos todos en la oficina porque no podíamos esperar más para comenzar a recibir a los primeros invitados”. Unos minutos más tarde, un hombre de unos 45 años llamó a su puerta. Les explicó que le habían hablado de la apertura y que estaba interesado en ver la colección para llevarse algunas prendas para venderlas en su tienda multimarca en el casco antiguo de Nápoles. “Desde ese día, el Sr. Enzo sigue siendo uno de nuestros mejores clientes en la ciudad”.
Admite Lello que no hay mayor subidón de autoestima que cuando va caminando por la calle y ve a alguien con una de sus prendas. “Cuando vives este momento, sientes una satisfacción única, que no es la satisfacción típica de alcanzar una meta de la compañía, sino una forma silenciosa en la que alguien te dice que lo has hecho bien”.
UN GRAN REFERENTE
Más que una marca en concreto, Lello Calderelli destaca a Yves Saint Laurent como su principal referente vital e influencia a la hora de erigir Antony Morato. Para el diseñador italiano, Yves Saint Laurent representa un icono de estilo atemporal, ya que logró romper las reglas del sistema de la moda contribuyendo a construir el nuevo prêt-à-porter contemporáneo. “Es precisamente este espíritu de innovación disruptiva lo que me inspira cada vez que pienso en una nueva colección de Antony Morato”.
Si tuviera que describir su marca a partir de los valores que la sostienen, Lello apunta que para él lo más importante siempre ha sido que todo el mundo tuviera acceso a la moda y la ropa de gama alta. “La filosofía de diseño de Antony Morato es muy contemporánea con un toque de estilo único y distintivo que me encanta proponer en cada colección. Me refiero al enfoque de ‘sastrería suave’ que consiste en mezclar unos pantalones a medida con una camiseta o unas zapatillas. En este contexto, la prenda informal es el ingrediente que suaviza la formalidad de un look clásico, dando un toque moderno a la propuesta final”.
CRECIMIENTO INTELIGENTE
Lello Caldarelli fundó Antony Morato, empresa de la que también es el director creativo, en 2007, justo a las puertas de la gran crisis económica, recesión que apunta que capeó proponiendo lo que él mismo define “lujo inteligente”, asegurando que ahí es donde reside la clave de su éxito y la razón de que doce años después la marca esté presente en más de 60 países a través de una lista de alrededor de 14.000 socios mayoristas premium y 44 tiendas propias. Una estructura que el pasado 2018 reportó una facturación de 91 millones de euros con más de 4 millones de artículos vendidos.
En España Antony Morato empezó a operar con una empresa de distribución hasta que asumieron ellos mismos el control del negocio. “España es muy importante para nosotros. Es nuestro segundo mercado, el primero al que me acerqué cuando comencé a construir mi empresa y creo que será aún más importante en los próximos años. La crisis económica de los últimos tiempos parece estar desapareciendo, por lo que vamos a presionar para acelerar nuestro crecimiento. Estamos trabajando para abrir nuevas tiendas”.
Tras doce años de crecimiento gradual, desde Antony Morato se han propuesto fortalecer los mercados en los que ya están bien establecidos, como Italia y España, y con estos Holanda, Alemania, Francia, China e India, para aumentar y consolidar el conocimiento de la marca y el potencial de venta. “En los próximos diez años, la marca aumentará su papel de primera puerta de entrada a la moda contemporánea”. A todo ello hay que añadirle su apuesta decidida por la sostenibilidad. “Ya hemos empezado creando un nuevo centro logístico en el norte de Italia que es completamente ecosostenible. Tiene un bajo impacto ambiental porque produce energía a través del magnetismo”.