1. Hazte a la idea de que el proceso de selección te llevará tiempo y esfuerzos . Dedícale siempre todo el que sea necesario, haz entrevistas exhaustivas y no contrates jamás (ni al principio, ni nunca, por amiguismo.
2. No te conformes con cualquiera, porque el devenir de tu empresa está en manos de esas personas. Busca siempre a los mejores, porque eso se verá siempre reflejado en los resultados de tu negocio.
3. Una vez tengas a tus primeros empleados, hazles saber de una forma concreta cuáles son sus cometidos, hasta donde pueden asumir ciertas responsabilidades, etc.
4. Establece la figura de líder desde el primer momento. Hazles saber que estás disponible para todo aquello que necesiten, pero muéstrate también como lo que eres: la persona que ha de dar directrices en los comienzos y a la que tienen que seguir sobre todo en los primeros pasos en tu empresa.
5. Muéstrate diligente y comprensible con pequeñas meteduras de pata. Tú estás también comenzando al igual que tu empresa y tus trabajadores. Se trata de aprender juntos y unidos. Así se lleva mejor.