Empresas

El arte de comunicar

De pequeña era muy cursi y quería ser princesa. No tenía una vocación especial”, dice entre carcajadas Roser Tiana, fundadora de Interprofit, con sedes en Barcelona y Madrid, una de las empresas referenciales en el ámbito de la comunicación y las relaciones públicas.

EN EL SOBRE

“Mi madre, Rosario Leoz, se quedó viuda muy joven. Nosotros éramos muy pequeños y se tuvo que espabilar para mantenernos”. Con la ayuda de Ramon Trias Fargas (economista y político que fue Conseller d’Economia de la Generalitat de Catalunya, senador y congresista) que por aquel entonces estaba al frente de la Sociedad de Estudios del Banco Urquijo, la madre de nuestra protagonista organizó el primer grupo de inversión de mujeres. “Era un colectivo de mujeres a las que formaron y enseñaron cómo funcionaba el mundo de las inversiones”. En esa época, en la que las mujeres no podían tener ni una cuenta corriente a su nombre, Rosario Leoz rompió muchos tabúes. “También fue accionista de un par de empresas. Compañías en las que se encargó de las relaciones públicas. Era toda una empresaria. Y si primero quise ser princesa, luego quise ser empresaria como mi madre y empecé a estudiar Económicas”.

Confiesa Roser Tiana que siempre ha sido una persona muy orgullosa y, siendo hija de viuda y la mayor de tres hermanos, nunca le quiso pedir dinero a su madre, por lo que rápidamente se puso a trabajar. Primero combinaba sus estudios en el Liceo Francés con las clases particulares y las labores de canguro. “Posteriormente, entré en una empresa con sede en Barcelona pero que organizaban todas las ferias de moda de Ifema Madrid. Servigesa, se llamaba. Entré para hacer sobres. Y cuando digo hacer sobres me refiero a centenares de sobres que tenía que etiquetar, poner el sello y cerrar, en una época en que ni los sobres ni los sellos eran adhesivos. Al cabo de un tiempo, empezaron a darme trabajos de responsabilidad. Hasta que me propusieron ocupar la subdirección del despacho”. Aceptó, aunque ello implicó que tenía que dejar la carrera universitaria que estaba estudiando. “Era un trabajo que me gustaba y de subdirectora acabé pasando a directora. El problema era que trabajábamos exclusivamente con el mundo de la moda, que siempre es muy especial”.

Todo cambió cuando los responsables de una empresa muy potente en la época llamada Tip Publicidad le propusieron abrir una nueva compañía. Esta tendría tres grandes departamentos: publicidad, marketing directo y relaciones públicas. Ella sería la responsable de este último. Esta nueva empresa se llamó Interprofit. “Todos los socios teníamos clientes y necesitábamos un nombre para empezar a trabajar de inmediato. Uno de los socios tenía un amigo empresario belga, que además fue cliente, que tenía este nombre registrado en España, pero no lo usaba. Nos lo regaló. Un nombre que nunca me ha gustado pero que jamás me lo he podido sacar de encima”.

ESFUERZO Y ÉXITO

No le ha ido mal con el nombre de Interprofit, ya que este 2019 la firma celebra su 30 aniversario. “En realidad celebraremos el treinta más uno, porque, como ya nos sucedió con el vigésimo, se nos ha pasado [ríe]”. Roser Tiana asegura que en lo profesional el balance de estas tres décadas no puede ser mejor. “Nunca he querido tener la empresa más grande pero cualitativamente sí la mejor. Y sí, creo que con Interprofit hemos alcanzado un muy alto nivel de eficiencia y eficacia. Tenemos un equipo inmejorable. No es casual que gente que ha pasado por aquí ahora esté ocupando altos cargos en otras empresas. Al principio, esto me cabreaba, ahora me enorgullece”.

A nivel personal admite que no todo ha sido bonito, teniendo que hacer sacrificios para mantener a la empresa en su máximo nivel. Roser se reprocha principalmente haberse perdido ver cómo crecían sus hijos. “De la misma manera, he tenido que renunciar a parte de mi feminidad” y concluye que en el mundo empresarial hoy en día una mujer aún tiene que demostrar que vale mucho más que un hombre. Un camino muy largo hacia la igualdad en el que no se avanza al ritmo al que a ella le gustaría que marcharan las cosas. “Creo que todo el esfuerzo realizado ha valido la pena, aunque mentiría si no admitiera que a veces he tenido mis dudas. Lo que algún día alguien debería hacer es preguntarles a mis hijos y a mi marido si ellos están orgullosos de mí”.

Preguntada por los momentos culminantes de Interprofit en estos 30 años, no duda en responder que sin duda alguna uno de ellos fue la apertura de la sede de Madrid. “Antes de establecernos definitivamente, lo habíamos intentado dos veces. Pero estas cosas acaban sucediendo en el momento oportuno cuando encuentras a la persona oportuna para ello. Y a la tercera intentona fue cuando lo conseguimos”.

MONTANDO EL PESEBRE

Para Roser Tiana el de las relaciones públicas es un sector que ha pasado de ser un patito feo a un puntal importante en las empresas. Ellos se encargan de todas las áreas de la comunicación (desde el lobby a la comunicación interna). Ámbitos, todos ellos, importantísimos para la salud interna de una empresa. “Y también de la externa, porque la gente consume cada vez más los productos de aquellas empresas con valores en los que se ve reflejados. Del mismo modo que tampoco puedes mentir. Con tanta información la gente se entera de todo. Las empresas, afortunadamente, ahora no solo tienen que parecer honestas, sino que también tienen que serlo”.

En tres décadas ha modulado y llevado a cabo centenares de campañas para todo tipo de clientes. Ella, sin embargo, sigue teniendo como una de sus favoritas una que realizaron muy a los inicios de Interprofit. “Por aquel entonces la ciclosporina, un fármaco que elaboraba la empresa Sandoz y que se utilizaba con las personas a las que se les ha realizado un trasplante para evitar el rechazo, no estaba regulado”, revela. “Me vinieron a buscar para organizar una campaña promovida por la Asociación de Trasplantados para obtener su legalización. Pensamos que sería una campaña muy larga, de al menos seis meses, pero en tres ya lo habíamos conseguido”. Apunta que, por norma general, las campañas en las que más le gusta trabajar son aquellas que están relacionadas con temáticas sociales y de ciudad. “Me gusta mucho trabajar para mi ciudad, Barcelona”.

El de la comunicación y las relaciones publicas es un mundo que, lógicamente, ha evolucionado mucho desde que Interprofit iniciara su actividad en 1989. “Antes cogías a una celebrity, la sacabas por Paseo de Gracia y con eso ya lo tenías todo hecho. Pero esto ya no funciona”, sentencia a la vez que señala que ahora el contenido debe ser menos frívolo y mucho más profundo. “Aun teniendo a una celebrity como protagonista de la campaña, debes crear un contenido que la gente intuya honesto. Si no, no funcionará. Por eso nuestro trabajo se complica cuando el cliente busca el pesebre, o cuando el cliente confunde comunicación con publicidad descarada”.

Vislumbrando el futuro de su sector, opina que el principal reto es el saberse adaptar a los usos y costumbres actuales de la gente. “Y la gente lo que está haciendo es digitalizar sus vidas. Y en esta digitalización debemos profundizar en dos direcciones, el mundo del audiovisual y el de los podcasts, que ahora mismo está en pleno auge. Las notas y las ruedas de prensa, todas estas maneras de trabajar, están quedando obsoletas y debemos canalizar nuestro esfuerzo hacia estos otros canales. En Interprofit, que nos encontramos en pleno proceso de cambio de imagen, estamos haciendo los deberes”.