Formar parte de la política nacional es una “hipótesis futurible”. Juango Ospina asegura estar centrado en la abogacía, pero sin cerrar “ninguna puerta o ventana”. En política hay que ser “servidor público y formarse”. Con doble licenciatura en Derecho y Ciencias Políticas (ICADE), posgrados, y especialización en el Programa Ejecutivo de Negociación en la Universidad Harvard Law School (Boston) es profesor en varias universidades, y actualmente imparte Simulación de Juicios en la UAM. “La formación continua es la única forma de conectar con la realidad”.
Considera que para ser un “referente” es imprescindible el sólido conocimiento del Derecho, y entender a los magistrados. Desde que constituye Ospina Abogados (2016), no han parado de recibir galardones. Acaban de ser reconocidos en los Iberian Lawyer 2024 Forty under 40, pero considera que el mayor premio para el penalista es una “sentencia favorable a nuestros clientes”. En 2022 se presentó a las elecciones del ICAM. Hoy, no volvería a hacerlo. “Ante los retos de la abogacía no hemos sabido adaptarnos, no se nos escucha, hemos perdido nuestra posición referente en la sociedad civil. Me apena tanto inmovilismo”.
Entiende el Derecho en el respeto absoluto a los magistrados, aunque hace crítica constructiva de las normas actuales. “La Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual tiene una sólida ideología política. El legislador muchas veces prefiere el titular ideológico a la búsqueda de una solución real de mejora para las víctimas”.
También, se refiere al Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal (1882). Es necesario un gran Pacto de Estado para conseguir la reforma integral. El juicio de Daniel Sancho con una condena en un año por asesinato es algo impensable en España.
Ospina ha representado a la familia Arrieta coordinando la estrategia con el despacho en Tailandia que contrató. Sancho cumple ya cadena perpetua por asesinar al cirujano Edwin Arrieta. Este caso ha sido “un huracán mediático, un tsunami”. Asegura no arrepentirse de nada, “ha sido una experiencia vital que jamás olvidaré. La clave del éxito ha sido entender y respetar una cultura muy diferente. No podemos imponer nuestro criterio occidental allá donde vayamos, ya que el mundo tiene otra realidad fuera de nuestras fronteras”.