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Un francés en Roma

No es el título de una película. Es una realidad cargada de ilusión; y es que escuchar confesar a Serge Brunschwig, alto cargo francés de la firma romana, que su estancia en Fendi es un sueño hecho realidad y que la alegría por ello le ha llevado a aprender italiano lo antes posible, deja entrever el valor por el que destaca la casa italiana: la pasión.

Con una trayectoria profesional intachable, Serge Brunschwig se vinculó al mundo de las firmas de lujo en 1995, cuando entró a formar parte del Grupo LVMH, donde estuvo al frente de Louis Vuitton Asia-Pacific, Sephora, Louis Vuitton Malletier, Céline, Christian Dior Couture y Dior Homme, para continuar la andadura en Fendi en 2018. Asegura sentirse orgulloso de todos los logros conseguidos aquí: “Concretamente, la exposición del año, Les Journées Particulières, reunió por primera vez toda la artesanía de la firma (bolsos, zapatos…); 16.000 personas en una exhibición con interacción”.

Logros y retos, como el aspecto digital. “Estamos desarrollando proyectos especiales y aumentando nuestro propio lenguaje digital. En cuanto al lado minorista, lo digital se trata de conveniencia y la exigencia ha aumentado con la intención de crear un fenómeno nuevo”, dice Brunschwig. Una búsqueda constante por ofrecer las últimas novedades, pero siempre respetando la herencia y las tradiciones del pasado, así como las tan valiosas habilidades de sus artesanos. “Siempre tenemos un ojo puesto en la experimentación y la innovación. En Fendi creemos que nada es imposible; nunca decimos que no y siempre estamos abiertos a cualquier tipo de idea”, continúa Brunschwig.

Y es así, porque si echamos la vista atrás, los desfiles de la firma se han realizado siempre en entornos clásicos, históricos de la ciudad romana, y con cierto aire de nostalgia. Pero a su vez acompañados de prendas con diseños y tejidos divertidos, convertidos esos atuendos en iconos de moda, precisamente por ese ADN irónico y juguetón que Fendi sabe trasladar y destacar temporada tras temporada, pasarela tras pasarela y colaboración tras colaboración.