En plena ciudad de los naranjos y el azahar, Gravina 51 ocupa dos antiguas casas palacio del s XIX, alberga 37 habitaciones y un apartamento de lujo. Desde su rediseño en 2021 por Hidden Away Hotels, es la máxima expresión de una experiencia única de alojamiento que aúna encanto histórico y comodidades contemporáneas.
«Un hotel debe ser un espacio que rezume la autenticidad del lugar que se visita, con siglos de historia y donde el verdadero confort no esté reñido con el diseño. Un sitio en el que uno se sienta acogido como un invitado de honor, donde la profesionalidad exquisita vaya de la mano de la cordialidad y la cercanía que definen el carácter español». O lo que es lo mismo: ser anfitriones de la ciudad ofreciendo una experiencia inmersiva local. «Somos artesanos del lujo personalizado, a medida, silencioso». Así definen los propietarios de Hidden Away Hotels, que celebra su décimo aniversario, el ADN de todos sus establecimientos: Gran Hotel Inglés en Madrid, Seda Club Hotel en Granada, Posada Terra Santa en Palma de Mallorca, los tres reconocidos con una Llave Michelin, y la icónica casa palaciega Gravina 51 en Sevilla; un hotel boutique situado en el emblemático barrio Museo en pleno casco histórico y que acaba de ser reconocido por la guía roja como hotel recomendado en la ciudad.
Su privilegiada y céntrica ubicación, su servicio personalizado combinado con la autenticidad del edificio, el estilo personal que aúna tradición sevillana y estilo de vanguardia y la experiencia que brinda a los viajeros que desean sumergirse en la rica historia y cultura de la ciudad, le han llevado a formar parte de la lista de los 13 hoteles recomendados por la Guía Michelin en Sevilla, entre los más de 250 que existen en la ciudad. La Guía Michelin reconoce así a los hoteles que se convierten en verdaderos destinos en sí mismos alejándose de la estandarización y en su nueva selección incluye más 5.000 hoteles excepcionales en aproximadamente 130 países que identifica y recomienda alojamientos que enriquecen la experiencia del viajero a través de su diseño único, su atención al detalle y su capacidad para ofrecer una inmersión auténtica en la cultura local.
La experiencia de alojarse en una antigua casa palaciega
Gravina 51 ocupa dos antiguas casas palaciegas del siglo XIX contiguas que Carmen Cordón e Ignacio Jiménez adquirieron en 2021 siendo ya hotel y rediseñaron convirtiéndola en el hotel boutique que es hoy como parte del portfolio de Hidden Away Hotels. El espacio rinde homenaje al Almirante de la Armada Española que da también nombre a la calle en la que se ubica, Federico Gravina, un distinguido oficial naval que fue reconocido por su valentía y liderazgo durante las Guerras Napoleónicas, especialmente en la famosa batalla de Trafalgar. El edificio conserva elementos arquitectónicos y detalles históricos que reflejan su pasado aristocrático y en su restauración y rediseño se adaptó para ofrecer las comodidades más modernas y los servicios que demandan los huéspedes contemporáneos.
Los actuales propietarios apostaron por mantener el estilo clásico de las casas palaciegas sevillanas a través de un diseño e interiorismo que fusiona materiales y mobiliario tradicional. Los tonos claros se entremezclan con los blancos y grises y contrastan con el verde de azulejos y los tonos terracota de los suelos de adoquines típicos que se integran tan bien en el entorno tradicional andaluz. El resultado es un espacio acogedor y armónico donde cobra especial importancia la elegante vegetación que adorna y acompaña el espacio. Más de 50 tipos de plantas emergen en uno de los dos patios interiores llenos de luz de Gravina 51. Un espacio que consideran el alma del hotel, con una protagonista fuente de mármol que, con el sonido del agua y la hermosa luz ténue que se desvanece en el espacio, genera un ambiente acogedor que invita a la relajación y disfrute de los huéspedes desde el momento en el que traspasan las puertas del hotel. El otro patio, que separa el comedor del Bar, está presidido por una lámpara de 40 esferas elaborada a mano en Reino Unido y cuyo herraje confeccionó un artesano sevillano.
Gravina 51 alberga 37 habitaciones de gran tamaño (26 metros cuadrados de media) y un apartamento de lujo, cada una de ellas impregnada de su esencia histórica. Dotadas de amenities de L’Occitane, sábanas de algodón egipcio de 300 hilos, colchones de 34 centímetros, carta de almohadas y toallas de 650 gramos, algunas de ellas cuentan además con balcones a la calle Gravina, testigo de algunos pasos en Semana Santa, otras tienen terraza privada y algunas ofrecen un pequeño patio. Destacan además, y entre todas las categorías, la junior suite que, acogedora y hogareña, cuenta con cama king size, una sala de estar y una terraza privada de estética muy hispalense, con azulejos en tonos verdes, una mesa de mosaico andaluz y vegetación para dar frescor e intimidad ideal para vivir la ciudad con todas las comodidades.
Terraza para relajarse, desayunar o tomar buen un sándich de carne mechada
El hotel esconde en su última planta una terraza ‘chill out’ para relajarse y sumergirse desde las alturas en la esencia sevillana. Este espacio con mucho encanto en pleno corazón de la ciudad es el lugar ideal para disfrutar de la luz del atardecer después de una jornada de inmersión en la rica cultura de Sevilla acompañada de una copa de vino.
En su planta baja, se encuentra Bar 51, un espacio con una decoración elegante y acogedora donde todo está pensado para que los huéspedes tengan la opción de entregarse al placer de la conversación. Vinos y cavas locales, coctelería clásica, una de las mejores sangrías de Sevilla, pueden acompañarse aquí de una breve carta con propuestas tan sencillas pero efectivas como la tosta de aguacate y atún rojo de Barbate o sándwich de carne mechada.
Mención especial también para sus ‘benditos’ desayunos a los que los propietarios prestan mucha atención y cuidan, como en todos los establecimientos de Hidden Away Hotels. Así, la ‘comida más importante del día’ en Gravina 51 ofrece una gran variedad de opciones a base de producto local; ibéricos, quesos como el payoyo de cabra, carta de AOVE andaluces de variedad hojiblanca, picual y arbequina, fruta de temporada comprada a diario en el mercado de Triana y repostería artesanal como los suspiros de coco, la tarta de aguacate o el bizcocho de naranja sevillana, entre otros. Mermeladas artesanales a base de ingredientes frescos como naranjas, fresas o frutos y, en temporada, de higos, variedad de zumos naturales de temporada y huevos preparados al gusto, conforman su desayuno que conjuga buffet y servicio en mesa.
En definitiva, la experiencia que propone Gravina 51 al viajero es la de descubrir la cultura e idiosincrasia sevillanas desde una ubicación inmejorable, en un edificio único, con un servicio personalizado y toda clase de comodidades.