Opinión Javier Ortega Figueiral

Marrakech Air Show: una mirada africana.

Marruecos reivindica, con un salón temático, su lugar en el mundo aeronáutico.

Pensé en el Coyote y el Correcaminos. La idea fue inevitable al saber que el nombre de uno de los proyectos más ambiciosos de la aeronáutica africana es ACME. Corresponde las siglas de The Africa Center for Manufacturing Excellence, una iniciativa mixta entre la norteamericana Boeing y la Universidad Politécnica Mohammed VI. “Este centro tiene como objetivo hacer de Marruecos un actor central en la investigación y la innovación aeronáuticas en África. Proporcionaremos habilidades avanzadas y estimularemos la colaboración entre la industria aeroespacial y el mundo académico”, me contó uno de sus responsables en la politécnica.

La exposición estática de aeronaves del Marrakech Air Show vista desde uno de los hangares de la base militar. (JOF)

“¡je! …y se llama ACME, como la marca de los inventos con los que el pobre coyote siempre intenta cazar al correcaminos en el desierto en la serie de dibujos animados”. Lo pensé, aunque no lo verbalicé, claro, pues explicarlo hubiera sido tan innecesario como posiblemente me hubiera dejado en un mal lugar. Lo también me resultaba muy familiar era el nombre del centro académico. Luego lo corroboré: “el campus de la politécnica está en Ben Guerir, a 80 kilómetros al norte de Marrakech. Es de diseño español con colaboración de un estudio local”.

“Claro… esto es de Bofill”, pensó la parte de mi mente más presentable al ver la foto de uno de los edificios del campus. Al lugar se le conoce de manera abreviada como UM6P, por University Mohammed VI Polytechnic. El nombre oficial se plantea directamente en inglés, una lengua que va ganando terreno en Marruecos, aunque en los edificios diseñados por los estudios de arquitectura de Ricardo Bofill y Elie Mouyal, el arquitecto por parte local, también hay letreros en francés, árabe y amazigh, la lengua bereber.

El campus de la Universidad Politécnica Mohamed VI está diseñada por el taller de arquitectura Bofill y Elie Mouyal (RBTA)

Marrakech Air Show

Tres párrafos… y aun no les he comentado que toda esta previa es porque la semana pasada volé al aeropuerto de Marrakech, el segundo más importante de Marruecos por número de pasajeros: 6,9 millones, siempre superado por el gran hub del país: Casablanca, la casa de RAM o Royal air Maroc, que en ejercicio 2023 se quedó a las puertas de los 10 millones de viajeros.

La razón del viaje fue asistir a la séptima edición del Marrakech Air Show que, tras el celebrado en Sudáfrica, es el evento aeronáutico más importante celebrado en un continente enorme, algo que muchas veces creo que no se tiene en cuenta. Miren: desde Madrid a al extremo sur de África, Ciudad del Cabo, hay 8.700 kilómetros. Mientras tanto, en sentido contrario, de la capital de España a Cabo Norte hay 4.800, menos de la mitad. El sur, ese sur que muchas veces se olvida y se mira demasiado desde el norte.

Un ‘sur’ que tiene su norte mucho más cerca nuestro que muchos ‘nortes’ que nos son referencia. Volviendo a las comparativas, desde Madrid a Rabat hay tan solo 760 kilómetros. La capital española está mucho más cerca de la de Marruecos que, por ejemplo, de Paris, a 1.100 kilómetros, Roma, a 1.400 o Londres, a 1.300. Va bien pensar esto de las distancias, pues todo está más interrelacionado y cercano de lo que a veces se puede pensar.

El aeropuerto de Marrakech-Menara es el segundo más importante de Marruecos y está en el Top 10 de los africanos. (JOF)

Pues bien, a tan solo 1.000 kilómetros de Madrid (en avión) se celebra un salón aeronáutico que aun estando lejos de otros en Europa y Asia en cuanto a numero de expositores y visitantes, va sumando peso: 180 firmas e instituciones estuvieron exponiendo y presentando sus proyectos, tanto civiles como militares, aunque en este caso lo segundo tenia un peso notable, con especial presencia de empresas chinas y de Emiratos Árabes.

Ver con perspectiva

Observar, analizar mentalmente tras escuchar lo que te explican y ser consciente del potencial de otros mercados y continentes, es algo que también resulta interesante en ferias de este tipo. Allí Marruecos saca pecho de su potencial y sus medios, que en la exposición estática de aeronaves sobre la plataforma de la base aérea eran mayoría. Cerca de estas, también hubo presencia de aeronaves civiles, como un Embraer brasileño de KLM o un Boeing 737 Max de Royal air Maroc, junto a otras aeronaves civiles de menor porte.

Lo que se veía era evidente. En gran pabellón interior, stands internacionales con alta tecnología, modelos de aeronaves de última generación y armamento. En el exterior, un espacio para demostrar potencial y hasta hacer más atractivo el evento. También dinamizaron los días de salón aeronáutico dos exhibiciones aéreas, protagonizadas por unidades locales como la patrulla acrobática marroquí, bautizada como Marcha Verde y también con presencia española, con la Patrulla Águila, como invitada especial.

Una repleta tribuna de autoridades durante la inauguración oficial del segundo evento aeronáutico más importante de Africa (JOF)

Por cierto, el segundo día previsto de exhibición, los aviadores del ejercito del aire optaron por evitar sus piruetas y tablas habituales. La DANA sufrida en el este de España no invitaba a mucha exhibición, por lo que finalmente y antes de regresar a su base de San Javier, sus C-101 únicamente dibujaron la bandera de Valencia en el cielo de Marrakech, mientras un locutor explicaba la razón de esos colores. Las vueltas de la vida: hace 14 meses, la misma región donde se celebró estos días el Marrakech Air Show sufrió un terremoto de magnitud 6,8. Siempre hay que ver las cosas con perspectiva.

Y el potencial

En un salón aeronáutico hay negocio. Se cierran acuerdos, se anuncian ventas y las empresas que se exhiben, sacan músculo para ‘colocar’ sus productos a gobiernos o sociedades. Este evento no ha sido excepción con varios memorandos, firmas y adquisiciones. Sin embargo, en Marrakech, en Marruecos y en África un evento así me invitó a mirar más allá de los stands, las fotos o las aeronaves expuestas.

Lo que hay allí se pretendió, bajo la atenta mirada de un monarca, que, aun no visitando la feria, estaba muy presente, era sacarle punta al potencial de su país. Un estado norteafricano con unos lazos cada vez más consolidados con Estados Unidos, al que Europa mira siempre con atención, China con interés y los países de medio oriente como un aliado. Un aliado joven y con cada vez más estudiantes de ingeniería que van a desarrollar el sector desde dentro. De hecho, en el tercer día del evento hubo especial atención a las nuevas tecnologías, con las presentaciones de varias startups marroquís con soluciones para el mundo aeronáutico.

La Patrulla Águila dibujando la bandera española en el cielo de Marrakech. En tierra, dos aviones comerciales que formaban parte del Show: un Boeing de RAM y un Embraer 190 de KLM (JOF)

Hay proyectos, como desarrollar el potencial aeronáutico local, que son ‘de estado’ y el gobierno es muy consciente de ello. Y si bien el jefe de estado no acudió (esa misma semana recibió a Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron en una trascendente cumbre Marruecos-Francia en Rabat), quien si voló hasta Marrakech fue Aziz Ajanuch. El que ocupa el numero 14 de la lista Forbes de personas más ricas de África es, desde hace tres años, primer ministro y jefe de gobierno marroquí. Entre las muchas indicaciones que Mohammed VI ha dado a Ajanuch, para que este las trasmita a su gobierno, está la mejora continua del sistema de formación del país, la promoción (y retención) de talentos locales y la atracción de nuevas inversiones en el sector aeroespacial.

…y con un poco de atención, con la mirada atenta y más allá de lo que podía verse con una simple ojeada, todo ese potencial se veía en esta séptima edición del Marrakech Air Show. Una mirada africana.