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El valor que nos une: episodio II

¿Cómo debería ser un modelo óptimo de colaboración público-privada? ¿Qué ejemplos de éxito pueden servir como referentes? Para reflexionar y debatir sobre esta materia, el Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE), junto con Forbes, reunía el pasado mes de octubre a un grupo de expertos. ¿El escenario elegido? Cupra City Garage de Madrid, sede también del episodio 1 de ‘El valor que nos une’. Ambos eventos han tenido lugar en el marco del 25º aniversario del FMRE.

En la mesa redonda participaron Inma Riera, directora general de la Cámara de Comercio de España; Eva Piera, directora general de Relaciones Externas y Comunicación de MAPFRE; Antonio Abril, vicepresidente del FMRE y presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas; y Mónica Martínez, presidenta de GMV.

Y así, sumergidos en este concesionario experiencial -coches, un restaurante, espacio de coworking-, los directivos desgranaron su análisis sobre la colaboración público-privada y su valor. Y compartieron, además, su experiencia con este modelo en la práctica, en el día a día de sus organizaciones o empresas. 

El lugar para conversar fue el auditorio del Garage, cuyo objetivo es convertirse “en un player en la agenda cultural de Madrid”, señalaba Toni Gasa, responsable de Cupra City Garage Madrid, quien daba la bienvenida a este evento. Destacaba, además, la apuesta de SEAT Cupra “para convertir este espacio en un punto de encuentro” para la cultura o el deporte, y también negocios: “Este encuentro es una prueba de que somos un espacio muy versátil”.

Un modelo aspiracional

Gasa daba paso a la mesa redonda. Ahora era el turno del moderador, Pablo López Gil, director general del FMRE, quien se refirió al Foro de Marcas como “una alianza privado-pública”, porque nace de las empresas y es liderada por ellas, pero cuenta desde el principio con el apoyo de distintas administraciones públicas. Como punto de partida, lanzaba la primera pregunta: ¿cómo visualizarían un modelo óptimo de colaboración público-privada?

Para Inma Riera, la Cámara de Comercio de España -corporación de Derecho Público- es un paradigma de esa cooperación: “Se basa en un modelo de colaboración con unas reglas básicas de equilibrio entre lo público y lo privado. Por tanto, el papel de las empresas, también en los órganos de gobernanza de la Cámara, es muy importante. Creemos que trabajar bajo este modelo hoy es el mayor instrumento de crecimiento, de competitividad y de apoyo a la empresa que podemos tener”.

Desde una visión aspiracional, Eva Piera subrayaba que “la colaboración público-privada se tiene que concebir como un instrumento de políticas públicas mucho más avanzado de lo que está ahora en España”. Y para ello, puntualizaba, hace falta una “gobernanza cooperativa” -que las empresas formen parte de la definición de los objetivos, del diseño del proceso- y “una gestión compartida de los riesgos y una definición muy clara de los beneficios”.

Antonio Abril se mostraba de acuerdo con lo mencionado por sus compañeras de charla y destacaba “la necesidad de hacer en este país cultura de colaboración público-privada”. Es decir: “El objetivo final es concurrente: el bienestar social de los ciudadanos”. Y para eso, esa cultura es esencial, remarcaba: “¿Lo ideal en un proyecto de cooperación público-privada? Que haya un codiseño inicial, una cofinanciación y una cogobernanza”, añadía.

Mónica Martínez apuntaba que esa colaboración entre la esfera pública y privada debería tener cuatro componentes: “Objetivos bien alineados -todos estamos interesados en que haya un beneficio para la sociedad-; un reparto equitativo de los riesgos y los beneficios -como mencionaba Piera-; y, como empresa tecnológica que somos en GMV, esa cooperación es una ocasión para construir capacidades tecnológicas en el país y también tejido empresarial”.

Casos de éxito

¿Qué ejemplos de éxito de esa colaboración citarían?, preguntaba López Gil. “Voy a empezar por la creación de nuestra propia empresa”, afirmaba la presidenta de GMV: “Si España no hubiera participado en la Agencia Espacial Europea, que contrata a la industria de los países que participan en esta organización, mi padre no habría podido competir por ese contrato, germen que le llevó a crear la compañía”.  Y citaba también el proyecto Galileo, programa de navegación por satélite europeo, resultado de una iniciativa público-privada, “y en el que en GMV hemos estado trabajando desde los inicios”.

“Un ejemplo es el FMRE”, apuntaba Antonio Abril. “Tiene un origen privado, pero se basa en una idea: concurrir en la Fundación FMRE con los ámbitos de la administración pública que tienen competencias en lo que el Foro defiende: la competitividad internacional de la economía española, la Marca España”. Pero hay muchos ejemplos, continuaba el vicepresidente del FMRE, “como la ciudad de las TIC en La Coruña”, que precisa para su desarrollo “la colaboración entre el clúster de las TIC y el sector público, que tiene que hacer ahí una inversión de futuro”.

La directora general de Relaciones Externas y Comunicación de MAPFRE aportaba dos casos de éxito de referencia internacional: “El Consorcio de Compensación de Seguros, que es una entidad pública que complementa a las aseguradoras privadas y se hace cargo de los riesgos extraordinarios; y Agroseguro, que inventó España hace 40 años. Es una entidad que realiza un papel muy importante: gestiona los seguros agrarios que provee el sector asegurador y también las subvenciones públicas que reciben los agricultores y ganaderos”. 

Por su parte, Inma Riera acentuaba que “la Cámara de Comercio de España es un modelo de esta colaboración público-privada”. Y, ¿cómo lo aplican? Entre otros, señalaba dos ejemplos. Primero: “La participación de la Cámara en programas de gestión de fondos europeos”. Y un segundo ejemplo viene de la mano de los fondos Next Generation: “Aquí, a través de proyectos como el Kit Digital, somos parte de la gestión y ejecución de esos fondos, garantizando que lleguen a las empresas y les permita mejorar su competitividad, internacionalización y afianzar su crecimiento”, detallaba Riera.

Asignaturas pendientes

Antonio Abril hacía hincapié en la necesidad de “mejorar la cultura de cooperación entre el sector público y privado”. Y, en el ámbito de la educación terciaria universitaria, subrayaba que no hay cogobernanza. Por eso, habría que “incorporar en la gobernanza a la sociedad” y “aumentar el compromiso mutuo entre la universidad pública y la empresa”, remarcaba.

Y Mónica Martínez ponía el foco aquí: “Tenemos que lograr un ecosistema de empresas sano en el que haya pymes, medianas empresas y grandes compañías. Y estas últimas tendrían que funcionar como tractoras. Para eso hace falta un set de reglas que obligue a una cierta subcontratación y reparto cuando hay grandes proyectos, como son los de contratación público-privada”.

¿Más asignaturas pendientes? Entre otras, Eva Piera, apuntaba éstas: “A menudo, los tiempos políticos, administrativos y empresariales no coinciden y esto crea cierta inseguridad jurídica para las empresas privadas; y las administraciones públicas están excesivamente orientadas a la lógica económica, al precio, y no dan la importancia debida ni a los resultados ni a la calidad de la prestación o servicio”.

Para Inma Riera, hay “una gran responsabilidad” del sector público: “Establecer un marco regulatorio atractivo para el crecimiento y facilitador para las empresas. Hemos de remover barreras y para ello se necesita coraje y consenso político. Pero, además, las compañías deben saber aprovechar esos instrumentos de competitividad y esto pasa también por un cambio cultural: que aprendan a sumar también privado con privado”.

Retos de país

Para cerrar el debate, López Gil preguntaba: ¿Qué retos de país son más acuciantes y exigirían toda la colaboración público-privada? La presidenta de GMV citó la salud. La población envejece, se viven más años: “Necesitamos un sistema más eficiente y tecnologías como IA o Big Data pueden revolucionarlo y ser de gran ayuda”.

¿Otro desafío? “Educación y formación de talento”, apuntaba Antonio Abril. “Es absolutamente clave, porque ese talento es el que se organiza en forma de empresa y mueve el país”, advertía.

Eva Piera señalaba las pensiones. Más allá de las públicas, “se debería profundizar en la alianza público-privada para desarrollar un esquema completo de los planes de empleo -o de pensiones de las empresas- y los planes de pensiones individuales”. Por último, Riera apuntó un triple desafío en el que esa cooperación resulta esencial: “El reto de Europa; el de la sociedad del bienestar; y el de mirar más a medio y largo plazo”.

Así, el director general del FMRE cerraba este diálogo de expertos poniendo otro asunto sobre la mesa en forma de reto: la Marca España con relación a la colaboración público-privada. Y concluía: “Aunque existen iniciativas y el propio Foro es un ejemplo de ello, no tenemos una estrategia de país y no existen mecanismos adecuados de colaboración, y creo que eso es una asignatura pendiente que desde el Foro debemos seguir empujando”.