Made in Italy

Hacer frente al reto climático

Italia no sólo presume de pasado y presente, también quiere enfrentarse a los desafíos del futuro con la mayor eficiencia posible. Como en muchas otras regiones del Mediterráneo, la sequía y el estrés hidríco afectan a gran parte del país, por lo que las políticas de transición ecológica se convierten en el nuevo gran reto del ‘Made in Italy’ más sostenible.


La funesta combinación de lluvias exiguas y temperaturas récord que se dilatan cada vez más en el tiempo, unidas a una mayor demanda de agua, está haciendo que la sequía ponga contra las cuerdas a gobiernos de Todo el mundo, que empiezan a abandonar sus políticas timoratas y a tomar conciencia de un fenómeno que, según Naciones Unidas, afectará a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.

También para entonces la UNESCO prevé que el número de afectados por el estrés hídrico en los entornos urbanos se duplique hasta los 1.700-2.400 millones. Solo a diez años vista la FAO estima que hasta 700 millones de personas corren el riesgo de ser desplazadas por la escasez de agua.

Según el mapa del Observatorio Europeo de la Sequía, con datos de febrero de 2024, el 16,4% del territorio de la UE-27 (sin Madeira, Azores, Islas Canarias) más Reino Unido se encuentra en condiciones de advertencia, mientras que el 0,9% está en alerta. La situación es particularmente delicada en amplias áreas de Italia, España, norte de África, Grecia y Malta, que han implementado ya serias restricciones.

Punto caliente del Mediterráneo

Italia sufrió la peor sequía de los últimos 70 años en 2022. Durante el invierno, las llu- vias disminuyeron hasta un 60% en algunas zonas del norte en comparación con los pro- medios históricos y la situación poco ha mejorado desde entonces. En el sur, más de lo mismo o incluso peor. Según las autoridades hidrográficas, el volumen acumulado de los embalses en Sicilia a 1 de enero de 2024 era un 18% menor que en enero de 2023, que ya era un 39% menor que el 1 de enero de 2022.

En Cerdeña, la disponibilidad de agua en los embalses se estima en menos del 50% de su capacidad. Pese a las precipitaciones acumuladas en lo que llevamos de año, la coyuntura obliga a una gestión de emergencia, abocando al racionamiento del agua y a limitaciones en el riego. En general, se estima que más del 40% del agua potable extraída no llega a los grifos debido a las fugas. Además, de los 301.000 millones de metros cúbicos de lluvia que se registran de media, solo se recoge el 11% de las precipitaciones.

Son algunos de los datos que ofrece el informe La Economía del Agua en Italia, un forme de marzo de 2023 de la ingeniería Proger. Se trata de un estudio detallado sobre los recursos hídricos en el país y en él se concluye que Italia dispone de la misma capacidad de almacenamiento que hace medio siglo, pese a las crecientes necesidades de consumo, y que carece de infraestructuras suficientes y modernas que permitan gestionar eficientemente el agua. En torno al 60% del sistema supera los 30 años.

Déficit de inversores

“Italia lleva varias décadas sin realizar las inversiones necesarias en infraestructuras hídricas y el efecto más evidente se observa en las pérdidas de agua a lo largo de las re- des de distribución. Una situación a la que contribuye el alto nivel de fragmentación de la gestión del servicio de agua”, explica a Forbes Luigi Petta, jefe del Laboratorio de Tecnologías para el uso y gestión eficiente del agua de ENEA, que es la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sostenible de Italia. Petta define dos frentes cruciales sobre los que actuar: la gestión de la demanda y la utilización de recursos hídricos no convencionales. Por un lado, asegura, “es necesario racionalizar el consumo con acciones que van desde el ahorro de agua y la contabilidad inteligente hasta la sensibilización de los usuarios”. Por otro, “es preciso recurrir al almacenamiento de agua de lluvia, a los sistemas de desalinización y, sobre todo, a la reutilización de aguas residuales urbanas depuradas”.

Para aligerar la presión sobre las reservas de agua, cada vez más gobiernos se interesan por el uso de aguas residuales para fines de riego. Una práctica que forma parte de la economía circular y que Italia quiere impulsar. Del total de aguas residuales tratadas en el país, un 23% se podrían reutilizar en la agricultura. Ese es el potencial, pero actualmente solo se usa el 4%, según datos de ENEA. En su laboratorio están desarrollando procesos y tecnologías con las que contribuir al desarrollo de la cadena de reutilización a gran escala y están trabajando para “garantizar los niveles de calidad requeridos, con un enfoque específico en los contaminantes emergentes y los microplásticos”.

Nuevas estrategias

contribuye el alto nivel de fragmentación de la gestión del servicio de agua”, explica a Forbes Luigi Petta, jefe del Laboratorio de Tecnologías para el uso y gestión eficiente del agua de ENEA, que es la Agencia Na- cional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sostenible de Italia. Petta define dos frentes cruciales sobre los que actuar: la gestión de la de- manda y la utilización de recursos hídricos no convencionales. Por un lado, asegura, “es necesario racionalizar el consumo con acciones que van desde el ahorro de agua y la contabilidad inteligente hasta la sensibi- lización de los usuarios”. Por otro, “es pre- ciso recurrir al almacenamiento de agua de lluvia, a los sistemas de desalinización y, sobre todo, a la reutilización de aguas residuales urbanas depuradas”.

Para aligerar la presión sobre las reservas de agua, cada vez más gobiernos se inte- resan por el uso de aguas residuales para fines de riego. Una práctica que forma parte de la economía circular y que Italia quiere impulsar. Del total de aguas residuales tratadas en el país, un 23% se podrían reutilizar en la agricultura. Ese es el potencial, pero actualmente solo se usa el 4%, según datos de ENEA. En su laboratorio están desarrollando procesos y tecnologías con las que contribuir al desarrollo de la cadena de reutilización a gran escala y están trabajando para “garantizar los niveles de calidad requeridos, con un enfoque específico en los contaminantes emergentes y los microplásticos”.

Hace falta una fuerte inversión en políticas de sostenibilidad. Por ello, ya se están destinando recursos a la mejora de los sistemas hídricos canalizados a través de los fondos Next Generation EU. Los expertos creen que son necesarias más inversiones, públicas y privadas, además de cambios legislativos y una apuesta decidida por la innovación y la digitalización de los procesos de control. El coste de no hacerlo es gigantesco, subraya Proger, que estima que entre el año 2000 y el 2022 los daños totales en la agricultura, la alimen- tación, la industria y la energía por las graves sequías ascendieron a 20.000 millones de euros.

Para una gestión sostenible del agua, la ONU añade que también son im perativas estrategias como el cambio hacia cultivos más resistentes a la sequía, la inversión en sistemas de alerta temprana y la cooperación internacional. La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, remata: “Es urgente establecer mecanismos internacionales sólidos para evitar que la crisis mundial del agua se descontrole. El agua es nuestro futuro común y es esencial actuar juntos”.

El Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia italiano (Italia Domani) ya incluía 4,3 mil millones de euros para el sector hídrico. La magnitud de la proble- mática ha llevado en 2023 al Gobierno de Giorgia Meloni a crear una ‘sala de con- trol’ para vigilar la capacidad hídrica del país y mejorar la gobernanza. Además, nombró a un comisario extraordinario con poderes ejecutivos para desarrollar el plan de lucha contra la sequía y aprobó una serie de medidas para aumentar la resiliencia de los sistemas hídricos frente al cambio climático.

El campo de actuación incluye la gestión de los embalses, la desalinización y aprove- chamiento del agua del mar, la creación de tanques de recogida de agua de lluvia para uso agrícola, la recarga programada de los mantos freáticos o el fortalecimiento y la adaptación de las infraestructuras con el objetivo de reducir las pérdidas. Italia se ha manifestado a favor del desarrollo de nuevas técnicas genómicas.

Por todo lo anterior, cabe destacar las oportunidades de colaboración bilateral con España y las empresas españolas.

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