El pasado 14 de junio Forbes, en colaboración con Philip Morris realizó la sesión ‘Transformación mediante la innovación’ en la que Patrick Picavet, director mundial del área de Asuntos Médicos y Científicos de la multinacional tabaquera, nos avanzó la apuesta de la compañía por un futuro libre de humo y nos habló de su centro de innovación en Suiza. En esta ocasión hemos querido ir más allá para saber qué está haciendo la compañía en materia de I+D y qué se plantean para el futuro de la mano del investigador y científico español Ignacio González-Suárez, responsable de Comunicaciones Científicas de PMI para Oriente Medio y África.
Si se observan las últimas encuestas realizadas, el repunte de fumadores es un hecho y, por tanto, un problema añadido para la salud pública. Según la OMS, para 2025 va a seguir habiendo mil millones de fumadores en todo el mundo. En un escenario como ese, es necesario abrir una puerta a las alternativas que puedan reducir el daño provocado por el cigarrillo. Algo de lo que la tabaquera Philip Morris International (PMI) es muy consciente y en lo que se aplica de manera prioritaria a la hora de poner soluciones sobre la mesa. Su objetivo es que todos los fumadores, que van a seguir fumando, pasen a consumir productos sin combustión tan pronto como sea posible. En ese afán por continuar invirtiendo en la investigación y el desarrollo de alternativas que demuestren ser mejores al cigarrillo, PMI puso en marcha hace 10 años El Cubo, su laboratorio científico en Neuchatel (Suiza) con el que pretende seguir abriendo caminos hacia un mundo sin humo. Un objetivo con el que comulga el biólogo molecular Ignacio González-Suareza: “Desarrollar productos innovadores que puedan ser mejores alternativas al cigarrillo es un objetivo muy ambicioso, pero también muy atractivo. Me uní a PMI hace siete años, después de una década en centros universitarios de España y Estados Unidos”. Si hasta entonces su trabajo consistía en comprender cómo y por qué las enfermedades se desarrollaban, ahora se centraría en reducir el riesgo de que dichas enfermedades se produzcan. “Gran parte de mi trabajo se basa en comunicar y explicar la ciencia detrás de nuestros productos libres de humo. No solo es importante hacer buena ciencia, sino que también es muy importante explicar lo que hacemos de manera transparente, clara y concisa. Solo así puede construirse un espacio para el diálogo y la colaboración que nos permita avanzar en un tema tan relevante en salud pública como es el tabaquismo”.
La causa principal del daño provocado por fumar está en aquellos componentes químicos tóxicos que se hallan en el humo y que se generan en su mayoría por la combustión del tabaco… Partiendo de esa premisa, PMI se ha volcado en el diseño de una gama de productos alternativos que buscan reducir considerablemente la formación de esos componentes químicos negativos. En El Cubo, centro de operaciones donde se desarrolla esa innovación, se ha conformado un equipo I+D de más de 430 científicos, ingenieros y expertos –de cerca de 40 nacionalidades y de 30 disciplinas distintas como biomedicina, farmacología, toxicología o ingeniería de los materiales, entre otras; junto con una red de colaboradores de investigación y tecnología distribuidos entre más de 30 puntos de la geografía mundial– que se entregan a evaluar y realizar exhaustivos estudios clínicos y de laboratorio. De hecho, como consecuencia de esta intensa actividad científica sobre productos libres de humo, llevada a cabo durante la última década, PMI es reconocida como la 45º empresa mayor solicitante de patentes de la Unión Europea, contando con más de 4.600 patentes concedidas sobre productos sin humo y más de 6.300 solicitudes pendientes.
Como bien puntualiza el doctor González-Suárez: “En PMI estamos llevando a cabo un proceso de transformación muy importante, y la ciencia y la tecnología son el corazón de esta transformación. En la última década, hemos invertido más de 6.000 millones de dólares y hemos contratado a científicos y expertos de muy diversas áreas de conocimiento. Todo ello con el objetivo de desarrollar alternativas al cigarrillo que estén libres de humo”. Para el desarrollo y evaluación científica de esas alternativas se realizan rigurosos estudios siguiendo los más altos estándares internacionales inspirados en las prácticas de la industria farmacéutica y en las directrices de la FDA.
Adiós al humo
Hace más de 4 años, PMI lanzó su primera apuesta por la tecnología que calienta tabaco en lugar de quemarlo. Al eliminar la combustión, produce un vapor que es muy diferente al habitual humo del cigarro. Sobre las investigaciones realizadas, el doctor González-Suárez reconoce: “Hemos realizado amplios estudios científicos que demuestran una importante reducción de los compuestos químicos tóxicos en comparación con el humo del cigarrillo”.
Pero no solo es importante que los estudios realizados en El Cubo sean sólidos, también se necesita que sean transparentes. “Por eso, todos nuestros datos científicos se hacen públicos, por ejemplo a través de publicaciones en revistas científicas, o presentaciones en conferencias. También hay un número creciente de estudios independientes cuyos resultados, en general, están en línea con los nuestros y confirman elementos importantes de nuestra investigación”.
Puestos a pensar en el futuro del fumador, podría tomarse como ejemplo España: aproximadamente uno de cada tres adultos fuma, cifra que se ha mantenido similar durante los últimos diez años. Ante una realidad así, la pregunta es inevitable: ¿Hay alguna medida adicional, complementaria a las ya existentes, que se pueda implementar para reducir el número de fumadores en el mundo? González-Suárez lo tiene claro: “En PMI creemos que sí, y no somos los únicos. Cada vez más países empiezan a reconocer que no todos los productos de tabaco son iguales y que la nicotina, si bien es adictiva y no está libre de riesgo, no es la causa principal de las enfermedades asociadas al cigarrillo.
De manera complementaria a las políticas de cesación y prevención de tabaquismo, cada vez más países empiezan a considerar el potencial de las alternativas libres de combustión. “Es importante dejar claro que no son productos 100% libres de riesgo, sin embargo, estamos convencidos que son una mejor alternativa para aquellos fumadores adultos que de otro modo continuarían fumando” añade el reconocido biólogo molecular español.