El mensaje de muchos anuncios publicitarios pasa desapercibido. Al cabo del día vemos millones de campañas y no todas logran tener el impacto que buscan. En cambio, los que han sabido jugar con las canciones han conseguido que, aunque no estés frente al televisor viendo el anuncio, al escuchar esa canción ponga en tu mente, de forma inmediata, la marca en cuestión.
Como estrategia de marketing es todo un triunfo. Según la web puromarketing.com, en el año 1926 la canción Have You Tried Wheaties supuso el pistoletazo de salida e hizo oficial a esta pareja creada por las canciones y los anuncios. A partir de entonces, las grandes compañías han buscado dinamizar sus promociones con estilos bailables, divertidos y, por que no, nostálgicos. Todo vale cuando lo que se perseguí es que te recuerden.
Lo cierto es que los beneficios que se obtienen gracias a esta relación son buenos para ambas partes. Muchos han sido los grupos que han salido a la luz gracias a que sus composiciones han acompañado a marcas de la talla de Apple o Coca Cola. Actúan de banda sonora de un producto y multiplican su efecto en la sociedad. Por ello, discográficas y publicistas forman la unión perfecta. Pero, ¿qué se busca con esta alianza?
Son muchos los objetivos que hay detrás cuando se elige la música que ambientará el anuncio. Lo principal es que seamos capaces de enlazar un producto con una canción. Así mismo, es importante despertar un sentimiento de cercanía con la marca, transmitir un estado de ánimo positivo y, por qué no, ser diferente. Lo que está claro es que, ante todo, los expertos buscan que la mitad de la cabeza cante la canción que aparecía en el anuncio y la otra piense y quiera saber más sobre esa marca. Y a la vista está que muchas lo han conseguido.
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