La trama, los diálogos y la química entre los personajes son algunas de las pinceladas que convierten al cine en el séptimo arte. El director Luca Guadagnino (Palermo, 53 años) converge todos esos elementos además en un aura personalizada de cada una de sus películas. La de Bones and All (2022) habita en un paraje desolado caníbal estadounidense; Challengers (2024) supone una historia de amor a tres raquetas; Call Me By Your Name (2017) representa un amor adolescente a partir de la cálida belleza de la naturaleza italiana. Aludiendo estéticamente en colores y formas a esta última producción mencionada, su nuevo proyecto consiste en una distinta clase de arte, el diseño de interiores. A través de su estudio, studiolucaguadagnino, fundado en 2017, ha fusionado la arquitectura histórica y el diseño contemporáneo en su primer hotel, El Palazzo Talìa. Esta construcción del s.XVI ubicada en Roma, primero albergó en sus aulas de Colegio Nazareno a eruditos y nobles, ahora forma parte de Small Luxury Hotels of the World y ha abierto sus puertas para ofrecer una estancia de película de Hollywood vintage italiana.
Su personalidad estética se basa en tres rasgos fundamentales: cromatismo, geometría y artesanía, y desde luego que su interior lo confirma. Materiales de lujo, fabricación artesanal italiana, piezas eclécticas de diseñadores internacionales, son algunos de los personajes que hacen creíble esta interpretación moderna la de la belleza arquitectónica italiana. El director de Suspiria (2018) cuenta en su hotel boutique de cinco estrellas una historia dimensional íntima y delicada a través de su paleta de tonos rosas y amarillos suaves, contrastados con azules y burdeos en patrones florales y geométricos.
Marianna Lubrano Lavadera, de Mia Home Design Gallery, y Laura Feroldi, fundadora del estudio Laura Feroldi de Milán, han sido las encargadas de diseñar las 25 habitaciones y suites del hotel (menos la Suite Talìa), en cuyas paredes se reflejan los apliques de las hermanas Micheluzzi, representando a la nueva generación de vidrieros venecianos.
Los detalles de calidad del hotel son sutiles pero abundantes. Gran parte del mobiliario, como sofás, sillas e incluso un ascensor de cristal que da al patio, está hecho a medida. Por otro lado, hay piezas de archivo del hotel como pisos geométricos de ajedrez, bustos romanos y frescos en techos de 1o metros de altura conservados en sus tonos originales, además de la monumental lámpara araña que florece en la entrada, creada por Napoleone Martinuzzi en los años 40 en cristal de Murano; y otras creadas a partir de colaboraciones como con la marca Fontana Arte y Dedar.
Como una de las bases de su templo, está la alta artesanía italiana, cuyo rastro se encuentra en la técnica de un ceramista siciliano que creó la barra y las mesas del bar hasta artesanos españoles que fueron autores de los azulejos de mayólica verde en la misma sala.
Dejando atrás las columnas y las paredes, entramos en un oasis mediterráneo y tropical a través de su jardín creado en colaboración con el paisajista Blu Mambor, decorado con monumentales palmeras y otras ramas.
Todo un sueño arquitectónico italiano hecho realidad en el corazón de Roma, cuyas paredes y colores serían el perfecto decorado para que ocurriera el encuentro entre Elio y Oliver de Call Me By Your Name después de su verano de amor, muy italiano.