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De Michelle Obama a Nancy Reagan: el increíble poder de las Primeras Damas de EEUU

El próximo martes 5 de noviembre se celebran las elecciones de Estados Unidos. Repasamos el papel de las Primeras Damas de EEUU y su increíble poder.

Melania Trump podría convertirse en la única primera dama en ocupar el cargo en dos administraciones no consecutivas si su esposo, Donald Trump, gana nuevamente la presidencia de Estados Unidos el próximo 5 de noviembre. A diferencia de sus predecesoras, Michelle Obama y Hillary Clinton, quienes tuvieron roles muy visibles y activistas, ella siempre se ha mostrado reservada, incluso en actos oficiales. Algunos medios la apodaron ‘la Esfinge’. Muchos atribuyen esta actitud a los continuos escándalos de su marido, incluidos los de carácter sexual, y a su inexperiencia política, ya que la pareja pasó directamente de los emporios financieros a la política. No obstante, las circunstancias podrían haber cambiado, y ahora parece asumir un papel más activo. En la reciente campaña en Florida, los periodistas preguntaron a Melania si se dejaría ver más en público, y su respuesta fue: «Permanezcan atentos».

Melania Trump junto a su marido, el entonces presidente Donald Trump.

Cuando Melania Trump salió de la Casa Blanca, su índice de aprobación era del 42%, lo que la convirtió en la primera dama peor valorada del siglo XXI. Le siguen Hillary Clinton con un 56% y Laura Bush con un 67%, mientras que Michelle Obama se despidió con un 69%. Aun así, la exmodelo superó a su marido, Donald Trump, quien terminó su mandato con solo un 33% de apoyo popular.

Hillary Clinton fue Primera Dama y, más tarde, candidata a la presidencia de Estados Unidos.

Los escándalos (sexuales) del presidente

Las apariciones públicas de Melania Trump como primera dama se redujeron drásticamente a partir de 2018, coincidiendo con la revelación de que Donald Trump pagó 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar un supuesto romance ocurrido en 2006. Poco después, la exconejita de Playboy Karen McDougal también afirmó haber tenido una relación con su marido ese mismo año.

En la fiesta organizada en Palm Beach, Florida, el pasado mes de abril para recaudar fondos para la campaña republicana, se lograron 50 millones de dólares, la mayor cantidad registrada en un solo acto político en Estados Unidos. El anfitrión fue el inversor John Paulson, y quienes se sentaron en la mesa del matrimonio Trump pagaron 250.000 dólares por persona.

Melania Trump en la Casa Blanca, en mayo de 2018.


Cada Primera Dama tiene su campaña

Cada primera dama suele desarrollar una gran iniciativa social durante su tiempo en la Casa Blanca, y Melania Trump no fue la excepción. Su campaña, llamada Be Best, se enfocó en promover el bienestar infantil, combatir el ciberacoso y el abuso de opioides, recaudando 90 millones de dólares, colaborando con cerca de 60 instituciones y organizando alrededor de 100 eventos en todo el país. A pesar de estos logros, un estudio de CNN de 2018 indicó que solo el 20% de la cobertura mediática dedicada a Melania se centró en su campaña, mientras que un 30% se enfocó en su vestuario.

Melania Trump recibió menos cobertura mediática durante la campaña de 2020 que otros miembros de la familia, como Ivanka Trump. Según un estudio de Zignal Labs, su presencia fue mínima: apareció en solo el 2% de los anuncios de su marido. No obstante, un análisis del New York Times reveló que Melania fue efectiva en atraer a votantes independientes moderados, quienes valoraban su imagen neutral y menos polémica. Sin embargo, su influencia se vio limitada por su baja visibilidad. Desde que dejó la Casa Blanca, ha mantenido un perfil discreto, incluso durante los procesos judiciales de su esposo. Irónicamente, este hermetismo está empezando a captar ahora la atención mediática. Los recientes éxitos en eventos de recaudación de fondos refuerzan la teoría de que su imagen podría ser un pilar clave de la campaña republicana.


Los Reagan, glamour y compromiso

Nancy Reagan se centró en la lucha contra las drogas a través de su famosa campaña: «Simplemente di no».

El matrimonio Reagan trajo glamour a la Casa Blanca. Renovaron las habitaciones privadas y adquirieron juegos de porcelana, además de recibir a muchas celebridades y miembros de la realeza. Esa sofisticación y sentido del espectáculo eran inusuales en la política de la época. Además, Nancy se centró en un importante problema social: la lucha contra las drogas a través de su famosa campaña «Simplemente di no», lo que ayudó a consolidar la imagen de Ronald Reagan como un presidente comprometido con el bienestar social.

Eleanor Roosevelt, la mejor Primera Dama

Eleanor Roosevelt es considerada la mejor primera dama de todos los tiempos, según el Instituto de Investigación del Siena College. Fue la que más tiempo ocupó el cargo, durante los cuatro mandatos de su marido, Franklin D. Roosevelt. Rompió moldes al protagonizar ruedas de prensa, ofrecer conferencias y escribir columnas de opinión en periódicos. Tras la muerte de su marido, se convirtió en delegada de Estados Unidos ante las recién creadas Naciones Unidas y desempeñó un papel crucial en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

 El primer caballero de la historia de Estados Unidos podría ser Douglas Emhoff si su esposa, Kamala Harris, gana las elecciones y se convierte en la primera mujer presidenta.

John Kennedy fue asesinado en Texas el 22 de noviembre de 1963.

La Viuda de America

Jacqueline Kennedy reafirmó la importancia de la moda en la vida pública. Su elegancia y gusto por la alta costura la convirtieron en un referente mundial de estilo y elegancia. Sus gafas de sol XXL, collares de perlas, sombreros pillbox y colores pastel se han convertido en iconos. La imagen del 22 de noviembre de 1963, en Dallas, cuando su marido, JFK se desplomó sobre su traje rosa de Chanel pasó a la historia.

Michelle Obama, Michelle Obama, la única primera dama afroamericana.

Las primeras damas más influyentes

Las primeras damas de Estados Unidos han sido cruciales para la popularidad y la percepción pública de sus esposos, los presidentes. Barbara Bush humanizó a George H. W. Bush, destacando su carácter familiar y valores tradicionales. Su enfoque en la alfabetización y su rol como ‘abuela de América’ le ganaron simpatía durante la presidencia. Rosalynn Carter fue una defensora activa de la salud mental y participó en la promoción de la Ley de Sistemas Comunitarios de Salud Mental, subrayando el compromiso de Jimmy Carter con temas sociales. Michelle Obama, la única primera dama afroamericana, se centró en la educación y la salud, liderando la campaña Let’s Move! contra la obesidad infantil, lo que reforzó la imagen de la administración Obama, especialmente en tiempos de alta politización. Hillary Clinton rompió moldes al involucrarse directamente en la formulación de políticas, liderando la reforma sanitaria de 1993, conocida como ‘Hillarycare’, aunque no tuvo éxito.

Jill Biden es la única primera dama que ha mantenido un trabajo remunerado mientras ocupa el cargo, como profesora universitaria en Northern Virginia Community College, donde imparte clases de Literatura.

Jill Biden, la única Primera Dama que ha mantenido su trabajo.

→ Hasta la fecha, 46 mujeres han ocupado el cargo de primera dama de Estados Unidos, comenzando con Martha Washington.

No siempre han sido esposas de presidentes: Harriet Lane actuó como primera dama durante el mandato de su tío, James Buchanan, quien no estaba casado. 

A la primera dama se la denomina FLOTUS (First Lady Of The United States), en contraposición al presidente, POTUS (President Of The United States).

Edith Wilson fue conocida como la ‘primera mujer presidenta’ por hacerse cargo de asuntos del gobierno tras el derrame cerebral de su esposo, Woodrow Wilson.

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