A finales de los años cincuenta pocas cosas dominaban más el imaginario colectivo que la idea de viajar al espacio. Las escuelas americanas comenzaban a apostar por la ciencia y la tecnología con esperanza de inspirar y formar a una nueva generación de astronautas y científicos. “Al ver las fotos de los adolescentes de la época, me di cuenta de que vestían de manera bastante similar a la nuestra, con camisetas y vaqueros. Pensé que sería genial recrear aquellos looks frescos y llenos de energía “— declara Paul O’Neill, diseñador de la línea Levi’s Vintage Clothing.
De esa nostalgia nace Rocket City, una colección dedicada a las ilusiones de los exploradores cósmicos. Jóvenes soñadores que primero construyeron cohetes en sus patios traseros y posteriormente ayudaron a que un hombre pisase la luna. El nombre de la colección homenajea al Marshall Space Flight Center de la NASA de Huntsville, Alabama, y la muestra nos traslada hasta otros tiempos: partes de arriba súper cincuenteras, jerseys de cuellos en uve, polos jacquard y camisetas de punto o de algodón con motivos desenfadados y retro. También ha habido que tirar de archivo. Las reediciones de la Leather Bomber y la Climate Seal Bomber bicolor se perfilan piezas de coleccionista. Con la revisión de los pantalones pasa algo mejor porque se amplía el periodo histórico y los fits. Renacen así el jean Balloon (una réplica de mezclilla de la década de los veinte, con piernas súper anchas y cintura alta), el Home Run Chino (una reproducción de 1930 de la antigua etiqueta Home Run de Levi’s) y la joya de la corona, el 501 Blackmon. Comercializado en 1954, la pieza rendía tributo a James Blackmon, un genio que con sólo quince años ya ideaba prototipos de naves en el sótano de su casa familiar de Carolina del Norte… y funcionaban. Lo curioso del modelo es el desgaste del tejido. El rasgado pretende reflejar la explosión química que durante uno de los experimentos alcanzó sus pantalones y le envió corriendo a la bañera. Afortunadamente, sus piernas no resultaron heridas pero los vaqueros quedaron levemente agujereados creando, por accidente y fortuna, un efecto muy cool. Una vez más, Levi’s rebusca en el pasado de sus mejores tesoros, los agita, y nos los sirve en bandeja renovados, con una frescura rabiosamente actual.