MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Las aventuras verticales en la ciudad de Nueva York parecen no tener fin. La ciudad que nunca duerme siempre se ha caracterizado por su innovación, su energía vibrante y su capacidad para sorprender incluso a los visitantes más frecuentes. Los icónicos rascacielos que dibujan su horizonte han sido siempre el sello distintivo de la Gran Manzana, pero ahora, dos nuevas atracciones en el legendario Rockefeller Center elevan aún más, literalmente, la experiencia del turismo en esta gran metrópolis: The Beam y Sky Lift.
Estas nuevas incorporaciones no solo ofrecen vistas panorámicas inigualables con experiencias únicas a más de 250 metros de altura sino que brindan a los turistas una oportunidad única de conectar con la historia y la arquitectura que han hecho de esta ciudad un icono global.
Inaugurada en diciembre de 2023, The Beam es una experiencia que lleva a los visitantes 3,65 metros por encima de la plataforma de observación del Top of the Rock, situada en el piso 69 del número 30 de Rockefeller Plaza.
Lo que hace especial a esta atracción no es solo la altura, sino la sensación de revivir un momento icónico de la historia de la ciudad: la famosa fotografía ‘Almuerzo en la cima de un rascacielos’, tomada en 1932 durante la construcción del Rockefeller Center. En ella, 11 trabajadores inmigrantes se sientan despreocupadamente sobre una viga de acero a cientos de metros de altura, sin arneses ni redes de seguridad, almorzando mientras contemplan el la inmensidad del paisaje urbano neoyorquino.
Hoy, The Beam recrea esa sensación, permitiendo a los turistas emular la icónica imagen y experimentar la adrenalina de estar suspendidos sobre Nueva York. La viga de acero gira 180 grados, ofreciendo vistas inigualables de Central Park, el Empire State. La experiencia dura solo dos minutos, pero es tiempo suficiente para sentirse como uno de los audaces trabajadores que construyeron el skyline de Manhattan, suspendido entre el cielo y la tierra, con la ciudad a tus pies.
A diferencia de los trabajadores de 1932, los visitantes de The Beam (La Viga) están sujetos por rigurosas medidas de seguridad, además no se permiten móviles lo que obliga al visitante a algo único: disfrutar del momento con sus propios ojos con la alfombra de edificio del Midtown bajo sus pies.
El vértigo es inevitable, y esa sensación de aventura, unida a la increíble vista panorámica, han disparado el éxito de esta atracción en las últimas semanas. El ticket para disfrutar de The Beam cuesta unos 25 dólares (23 euros) por persona que se suma al precio de la entrada al Top of The Rock, e incluye una fotografía digital que recrea la famosa imagen. Esta atracción está incluida en todos los pases VIP.
SKYLIFT: EL ASCENSOR AL CIELO QUE AÚNA MODERNIDAD Y CLASICISMO
Si The Beam lleva a los visitantes a revivir el pasado, la propuesta Skylift (Ascensor al Cielo), que acaba de inaugurar este mismo mes de octubre, los transporta hacia el futuro. Esta atracción, situada en el piso 70 del Top of the Rock, eleva a los visitantes tres pisos más arriba en una plataforma de cristal circular.
El ascenso, completamente al aire libre, ofrece una vista de 360 grados del paisaje urbano de Nueva York que deja sin aliento. Con la plataforma giratoria, los turistas podrán admirar no solo los rascacielos del centro de Manhattan, sino también el río Hudson, el icónico Central Park y los puentes que conectan la ciudad con el resto del mundo.
Lo que hace de Skylift una experiencia tan especial no es solo la altura, sino la combinación perfecta entre modernidad y diseño clásico. La plataforma está diseñada para evocar los motivos art déco que definen la arquitectura del Rockefeller Center, y cuenta con un espectáculo de luces LED que se proyecta en el horizonte de la ciudad. Durante 3,5 minutos, los visitantes podrán disfrutar de este show de luces, que cambia según la temporada y las festividades, brindando una experiencia distinta tanto de día como de noche.
Con Skylift, los turistas no solo tienen la oportunidad de estar más cerca del cielo, sino que también pueden disfrutar de una experiencia sensorial completa, con vistas espectaculares, tecnología avanzada y una inmersión total en la atmósfera neoyorquina.
Las entradas para Skylift tienen un coste adicional de 35 dólares (32 euros) sobre el ticket general del Top of the Rock, aunque están incluidas en los pases VIP. La plataforma circular de vidrio puede recibir hasta 12 personas por turno, lo que garantiza que la experiencia sea más íntima y personal.
UN VIAJE EN EL TIEMPO EN EL ROCKEFELLER CENTER.
El Rockefeller Center, inaugurado en 1933, siempre ha sido un emblema del dinamismo y la grandeza de Nueva York. Concebido como una ‘ciudad dentro de la ciudad’ por John D. Rockefeller Jr., este complejo de 13 edificios ha sido el centro neurálgico de la vida cultural, comercial y arquitectónica de la Gran Manzana durante más de 90 años.
Con la incorporación de The Beam y Sky Lift, el Rockefeller Center no solo honra su legado, sino que se adapta a los gustos de una nueva generación de turistas, ávidos de experiencias innovadoras y memorables.
Además de estas nuevas atracciones, el Rockefeller Center ha sido objeto en los últimos años de una revitalización completa. Este mismo año se ha inaugurado una nueva galería en la exposición Mezzanine que narra la historia del complejo a través de exhibiciones interactivas, impresionantes murales, modelos proyectados en mapas y exhibiciones interactivas.
La experiencia comienza en la Galería de Bienvenida, donde los visitantes pueden explorar la historia del Rockefeller Center a través de murales pintados a mano, espectáculos multimedia y un modelo a gran escala del complejo.
MAS ALLÁ DE LAS ALTURAS: UNA EXPERIENCIA COMPLETA.
Desde los murales art déco que adornan sus paredes, algunos obras de artistas españoles como Josep María Sert, hasta los nuevos restaurantes y tiendas de lujo, el Rockefeller Center ha vuelto a convertirse con The Beam y Skylift en el epicentro de la vida cultural y social de Nueva York. Pero estas nuevas propuestas son sólo la punta del iceberg de lo que Nueva York tiene para ofrecer en su constante renovación como destino turístico de primer nivel.
Todo es posible en el corazón de la isla de Manhattan desde disfrutar de una deliciosa comida en uno de los restaurantes cercanos como Lodi, un restaurante capitaneado por el chef con estrella Michelin Ignacio Mattos que está inspirado en la cultura del aperitivo italiano y en la arquitectura art decó de sus alrededores, hasta patinar sobre hielo en una de las pistas de patinaje más famosas del mundo.
Un año más la icónica pista blanca, The Rink at Rockefeller Center, regresa en su 88ª temporada. Inaugurada en 1936 como una atracción temporal, se ha transformado en una de las actividades más emblemáticas de Nueva York, atrayendo a 250.000 de patinadores cada año. A partir del 12 de octubre, la pista estará abierta para que locales y turistas disfruten del encanto de deslizarse sobre el hielo en un escenario incomparable por unos 21 dólares por persona.
Además el centro resplandecerá estos próximos meses con la llegada de su emblemático árbol de Navidad, una tradición que ha iluminado los inviernos neoyorquinos desde 1933. El árbol, que generalmente supera los 20 metros de altura, se convierte en el epicentro de las celebraciones navideñas en la Gran Manzana atrayendo millones de personas de todo el mundo para contemplar sus luces brillantes y decoraciones deslumbrantes.
Y para los amantes del arte, el Rockefeller Center es también un museo al aire libre, con más de 100 obras de arte permanentes distribuidas por todo el complejo. Durante todo el año, se celebran exposiciones temporales, eventos culturales y festividades que atraen tanto a turistas como a locales.