MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
En la costa más exclusiva del Algarve, un remanso de paz, naturaleza y lujo emerge como uno de los destinos más emblemáticos de Portugal: el Vilalara Grand Hotel Algarve.
Situado en un rincón privilegiado, este refugio bañado por el Atlántico ha sido, durante más de 60 años, el emblema del turismo de alta gama en el sur del país vecino, incluso llegó a ser un club privado conocido por celebrar las fiestas más glamurosas del Algarve luso.
A lo largo de los años, el club se convirtió en el epicentro del lujo y el entretenimiento europeo, atrayendo a una ecléctica mezcla de miembros, desde magnates, hasta intelectuales, políticos, artistas y actores de Hollywood.
Hoy en día Vilalara es más que un simple alojamiento, es una experiencia en sí misma, donde la historia, la naturaleza y el bienestar se fusionan para ofrecer una estancia inolvidable a los huéspedes que son mimados desde el primer minuto.
Al cruzar el umbral de Vilalara, el visitante es recibido por la naturaleza en su máxima expresión. El suave susurro de las palmeras se mezcla con el murmullo del océano, creando una atmósfera serena y envolvente. Los extensos jardines, que abarcan 11 hectáreas de terreno, ofrecen un paisaje de flores de vibrantes colores, árboles frondosos y el aroma embriagador de los naranjos en flor.
Este entorno idílico conduce directamente a la playa privada del hotel, la Praia das Gaivotas, donde una roca majestuosa se alza sobre el Atlántico, como un gigante solitario de la costa, añadiendo un toque de misterio y belleza natural al paisaje.
La arquitectura del Vilalara es otro de sus grandes atractivos. Diseñado originalmente en los años 60 por el pintor y escultor José Harry Günsburg De Almeida Araújo, el hotel presenta formas sinuosas y orgánicas que evocan las grutas naturales de la región. Este estilo innovador, lejos de las estructuras cuadradas que dominaban la construcción en la época, le otorga al hotel una personalidad única.
Las fachadas, pintadas en tonos arena, parecen talladas en el terreno circundante, creando una simbiosis perfecta entre el edificio y la naturaleza. Una naturaleza que se extiende a las estancias agrupadas con nombres tan sugerentes como acacias, glicinicas, buganvillas o hibiscus.
UN LEGADO DE LUJO Y EXCLUSIVIDAD.
A lo largo de su historia, Vilalara ha sido el refugio predilecto de personajes ilustres como la princesa Carolina de Mónaco, Ira von Fürstenberg y el magnate Fritz Gunter Sachs. Hoy en día, Vilalara sigue manteniendo esa aura de exclusividad, pero con un enfoque moderno y renovado.
Situado apenas a 50 kilómetros del aeropuerto de Faro, el hotel ha presentado este año una amplia oferta de novedades que lo consolidan como uno de los destinos turísticos más completos y sofisticados del Algarve.
Entre ellas, destacan sus nuevas Residences, estancias de lujo con dos o tres habitaciones, cocina, salón y terraza privada, diseñadas con un estilo rústico renovado. La artesanía local juega un papel fundamental en la decoración, con suelos de barro, azulejos Zellige y muebles hechos a medida que añaden un toque de autenticidad y calidez a cada estancia.
Sencillez envuelta en materiales nobles, es la base de cada uno de los detalles y de las formas redondeadas que van desde los elementos estructurales a las curvas elegantes en cabeceros, marquetería de armarios y puertas, sillas y muebles auxiliares.
GASTRONOMÍA DE LA TIERRA Y EL MAR.
El viaje sensorial en Vilalara no se detiene en sus vistas y arquitectura. La gastronomía es otro de los pilares fundamentales que elevan la experiencia de los huéspedes a un nivel superior. El hotel alberga varios restaurantes, cada uno con su propia identidad y propuesta culinaria, pero todos con un denominador común: la calidad de los productos y el respeto por las tradiciones locales.
Uno de los más destacados es Raizes, un espacio gastronómico rodeado de un huerto donde los comensales pueden disfrutar de platos elaborados con productos de la tierra y de cultivo propio. La experiencia de cenar al aire libre, bajo las estrellas, es única, con una carta que incluye delicias como la pierna de cordero cocida en horno de leña o la caballa asada sobre pan de maíz local.
En el Coral, Eden Do Mar, la alta cocina portuguesa brilla con luz propia. El chef Diogo Pereira eleva los ingredientes atlánticos a nuevas alturas, con platos como la ostra de la Ria de Alvor o la langosta azul, que se presentan con una maestría técnica digna de admiración. Para los amantes del dulce, el Soufflé de licor de naranja promete un viaje nostálgico a los sabores de antaño.
Como complemento perfecto, un pequeño restaurante especializado en auténtica cocina italiana: Trattoria Pantaleone. Bajo la dirección del chef Ricardo Lucas, los comensales pueden disfrutar de platos tradicionales y ensaladas con ingredientes frescos y sabores auténticos de Italia.
BIENESTAR EN ARMONÍA CON LA NATURALEZA.
Vilalara también se ha consolidado como un referente en el mundo del wellness, con un programa integral que invita al visitante a reconectar cuerpo y mente. Las cinco piscinas del hotel, cada una ubicada en diferentes zonas de los jardines, ofrecen un espacio perfecto para la relajación. Una de ellas, enclavada en lo alto de un acantilado, se fusiona con el horizonte del Atlántico, creando la ilusión de que el agua se extiende hasta el infinito.
El nuevo programa de bienestar de Vilalara, incluye tratamientos inspirados en la naturaleza del Algarve, con productos locales y técnicas tradicionales que buscan restablecer el equilibrio físico y emocional. Entre las actividades más destacadas se encuentran los masajes de autor, el yoga al amanecer, caminatas por los senderos del resort y sesiones de meditación frente al mar.
Pero Vilalara no se limita a ser un refugio de lujo y descanso. El hotel ofrece una serie de experiencias que conectan al viajero con la rica cultura y tradiciones del Algarve. Los huéspedes pueden participar en visitas a bodegas locales, donde aprenderán sobre la producción de vinos orgánicos y biodinámicos, o recorrer fincas de olivos centenarios para descubrir los secretos del aceite de oliva portugués.
La experiencia ‘Del mercado a la mesa’ es una de las más populares, permitiendo a los viajeros conocer a los productores locales y degustar productos frescos de la región en una comida al aire libre donde poder aprender a preparar la famosa cataplana portuguesa.
Entre las actividades más especiales destaca el Paseo de George Ansley, una travesía en barco que recorre la costa desde la Marina de Portimão hasta los acantilados cercanos a Vilalara. Este recorrido no solo ofrece vistas impresionantes de las formaciones rocosas y playas secretas del Algarve, sino que también rinde homenaje al visionario inglés que, en 1966, se enamoró de este lugar y decidió construir el exclusivo hotel al que puso el nombre de su nieta Lara.
UN LEGADO QUE SIGUE VIVO.
Vilalara Grand Hotel Algarve no es solo un hotel de lujo; es un pedazo de la historia del Algarve, un lugar donde el pasado y el presente conviven en armonía.
Desde sus orígenes como un sueño inspirado en la costa de Cerdeña, hasta convertirse en un icono del turismo portugués, Vilalara ha sabido evolucionar sin perder su verdadera esencia, combinando el encanto del pasado con un servicio moderno y personalizado.
En estos momentos, bajo la gestión de la compañía de inversión Azora desde el año 2021, Vilalara continúa siendo un referente en la hotelería de lujo, manteniendo su compromiso con la excelencia y la creación de experiencias inolvidables.
Con sus jardines exuberantes, su gastronomía de primer nivel y su compromiso con el bienestar y la sostenibilidad, Vilalara sigue siendo un destino único, un auténtico retiro en el paraíso tras la muralla ondulada de color arena que lo abraza.