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Opinión Salvador Sostres

Itziar Reyero y la libertad de expresión

Getty Images.

La semana política ha venido marcada por la exclusiva publicada por El Confidencial sobre la ley que reduce las penas de prisión a los etarras y que han votado por error PP, UPN y Vox. Más allá del alcance político que pueda tener el que ha sido el escándalo más brutal en lo que llevamos de legislatura, está la importancia de cómo y por qué este error de la derecha se ha dado a conocer.

Sobre todo por el efecto de los realities, las tertulias de petardas en televisión, y las redes sociales para acabarlo de arreglar, la libertad de expresión, que nuestra Constitución reconoce como un derecho fundamental, ha sufrido en las últimas décadas un preocupante proceso de degradación. ¿Qué es libertad de expresión? ¿Hasta dónde llega? ¿Fake news? ¿O es fake news decir que es fake news?

Itziar Reyero (Madrid, 1984) fue la corresponsal política de ABC y jefa de Nacional de El Confidencial, del que hoy es corresponsal política. A veces los periodistas sabemos cosas porque nos las cuentan, de casualidad o para hacer daño al rival, pero no fue el caso de esta exclusiva. Itziar, que los que saben de estas cosas dicen que “el País Vasco en Madrid es ella”, conoce la política de su tierra, conocía perfectamente la ley que iba a votarse, trabajó más que ningún otro periodista y opinador, y se dio cuenta del truco de Sumar y del error del PP y VOX.

Estamos a favor de la libertad de expresión pero hay que trabajar. Para expresar algo hay que saber de qué se habla. Itziar Reyero nunca ha dado una sola opinión en ninguno de sus artículos, pero si la lees, lo que tú piensas de la política vasca está basado en lo que ella te ha explicado, y nunca te equivocas. Este periodismo de alta calidad, este periodismo de mucho conocimiento y de muchas horas de trabajo, que no se toma a la ligera el compromiso con el lector, es el que nos hace dignos de la libertad de expresión.

Los periodistas que integran el grueso de las redacciones cada vez son más jóvenes -que significa más baratos, para qué nos vamos a engañar- y sirven para rellenar el día a día. Algunos llegarán con el tiempo a ser tan valiosos como Itziar, o bueno, probablemente un poco menos. Pero si todo lo fiamos a lo barato no tendremos nunca calidad. Si opinamos sin saber, el problema no son las fake news sino que no tienes ninguna herramienta para distinguir cuándo te están intentando engañar. Que el presidente Trump diga algunas mentiras no significa que los que le acusan de mentir no sean mentirosos mucho más compulsivos -y dañinos- que él. Pero si no leemos nada, porque nadie lee nada y hay muy pocos periodistas como Itziar que sepan los temas y nos avisen, ¿cómo sabemos quién está mintiendo esta vez?

Lo que nos ha de hacer reflexionar sobre este escándalo es que no sólo la derecha sino todos los medios de comunicación -salvo El Confi, que tiene a Itziar Reyero- hemos sido burlados, o superados, por usar una palabra tal vez más neutra. Hacer tuits es gratis, cualquiera tiene una opinión sobre cualquier cosa, y luego votamos sin darnos cuenta la pronta excarcelación de un puñado de etarras. Todo el mundo entiende que la calidad es importante en la sanidad y en la alimentación, por poner dos ejemplos muy obvios, pero sin periodistas de la calidad de Itziar Reyero estamos vendidos ante cualquiera que quiera aprovecharse de nuestra desinformación con consecuencias que pueden ser mucho más grave que el tiempo que pasen en la cárcel los terroristas de una banda que gracias a Dios hace años que ya no mata.

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