Cualquier persona que haya puesto en marcha su propio negocio o que se encuentre en un puesto de gran responsabilidad, sabe que, a pesar de que tengamos buenas intenciones, la jornada laboral no siempre termina a las 5 (ni a las 7 ni a las 11…). Ocurre lo mismo con los padres primerizos (un papel con el que me estoy familiarizando). Intenta decir a un bebé a las 3 de la mañana que deje de llorar porque tienes que estar en la oficina en unas pocas horas y necesitas “conciliar” tu vida familiar con tu vida laboral. ¡Buena suerte!
Cuanto más pienso en la conciliación laboral y personal, más siento que puede existir un obstáculo irrazonable, tal vez incluso inalcanzable, para muchas personas. La verdad es que hay momentos en la vida en que este equilibrio desaparece. No es lo ideal, pero a menudo es inevitable. Y, esta es la parte difícil, algunas veces la pérdida del equilibrio es vital para alcanzar el éxito. Personalmente no conozco a Elon Musk, pero la conciliación no parece ser su fuerte. Sin embargo, ha creado la compañía de coches eléctricos más importante del mundo, a la vez que es pionero en la exploración espacial privada, entre otros negocios.
Yo diría que para algunas personas hay una manera más útil de conceptualizar la relación entre el trabajo y su vida privada, y viene del mundo del deporte. El “Interval training” (entrenamiento por intervalos) no es un concepto nuevo. Durante más de 100 años, los corredores de élite han mejorado su resistencia alternando períodos de actividad intensa con periodos de descanso o de ejercicio de menor intensidad. Últimamente, el entrenamiento por intervalos de alta intensidad (o HIIT) ha conquistado el mundo de los gimnasios. Si han abierto algún gimnasio de CrossFit en tu barrio ya sabes exactamente a lo que me refiero. HIIT lleva el concepto de intervalo al extremo de tal forma que en un periodo de entre uno y cinco minutos tienes que elevar tus pulsaciones hasta quedarte sin aliento para después aplicar un tiempo similar de descanso.
El “Interval training” enfocado al trabajo
Probablemente ya sepas a dónde quiero llegar. Poner en marcha o dirigir un negocio, por ejemplo, es muy parecido al HIIT. Algunas épocas son un verdadero “sprint”, ya que quizás tengas que correr para encontrar inversores antes de que se acaben los fondos. O estás intentando ganar a la competencia con un nuevo producto o estás apagando un fuego en el servicio de atención al cliente antes de que derive en algo peor. En momentos como estos, no tienes más remedio que tirar la toalla y dejar que el equilibrio pase a un segundo plano. Echas de menos las cenas familiares, dejas de ir al gimnasio y el trabajo te consume.
Personalmente viví esto cuando Hootsuite estaba empezando a despegar. Tenía a 7 personas trabajando en un producto que no producía ingresos, una plataforma que acabábamos de desarrollar para gestionar diversas redes sociales desde un sólo panel. Teníamos cientos de miles de usuarios, pero no habíamos empezado a tener beneficios. Todo salía de mi tarjeta de crédito, que se estaba agotando muy rápido. Debíamos preparar los investor desk para los inversores de cara a las reuniones de lanzamiento. El código Buggy necesitaba corregirse. Necesitábamos contratar a más gente. Había momentos en los que mi vida personal no existía y el negocio consumía toda mi energía. Pero sabes una cosa: valió la pena.
Esto tampoco es algo exclusivo de los emprendedores. Hay muchos puestos de trabajo que requieren el mismo tipo de esfuerzo intenso y absorbente, donde se espera un rendimiento muy alto y donde todo debía estar hecho para ayer. La realidad es que, en la mayoría de las empresas, aunque seas persistente, si te duermes en los laureles, no ganas la carrera.
Y lo que estoy diciendo es que está bien. La conciliación no siempre será una opción. Pero, y he aquí la clave de HIIT, esos aumentos de actividad tienen que compensarse absolutamente con períodos de descanso y recuperación. Al igual que no puedes hacer sentadillas y burpees durante una hora sin desmayarte (o algo peor), tampoco deberías estar semanas trabajando por las noches o pasar meses sin cenar con tus hijos. Al igual que sucede con el entrenamiento por intervalos, los estiramientos intensos en el trabajo requieren un tiempo de inactividad real para recuperarse. Pero esto es algo que pasamos por alto con mucha frecuencia.
Esas noches en vela pasa a ser nuestro horario normal de trabajo. Lo que realmente se necesita es pasar un período prolongado fuera del trabajo, ya sea disfrutar de unas semanas de vacaciones o incluso tomarse un año sabático.
Me llevó literalmente décadas entender esto. En aquel momento no comía bien ni hacía ejercicio. Pasaba de un proyecto a otro sin descanso hasta que mi cuerpo llegó al límite. Me apareció una hernia discal, debido a una antigua lesión deportiva, que impedía que me sentara en un escritorio más de unos minutos y me vi obligado a centrarme en mi espalda. Sin embargo, hace poco pude coger la baja paternal durante un mes tras el nacimiento de mi hija. Aunque esto no fueron exactamente unas vacaciones, pude distanciarme del trabajo por completo, dándole a la parte de “trabajo” de mi mente y cuerpo la oportunidad que necesitaban para recuperarse. Volví con la energía y la concentración que no había tenido en años.
Romper los estigmas del descanso
Sé que existe la tentación de ver el tiempo libre como un lujo o un capricho, pero fíjate en el mundo del deporte. Los deportistas profesionales han aprendido a priorizar el descanso, elevándolo a un nivel casi sagrado. Lebron James ha dicho que duerme una media de 12 horas al día. Usain Bolt y Venus Williams duermen una media de 10 horas. Según ESPN, la mayoría de los jugadores de la NBA duermen siestas antes de un partido que pueden durar hasta tres horas. A ellos se les exige un esfuerzo de gran nivel, pero pueden hacerlo porque respetan su tiempo de descanso. Y, por supuesto, también tienen épocas de temporada baja, algo con lo que la mayoría de los atletas corporativos ni siquiera podrían soñar.
No se trata de llevar esta metáfora al extremo, pero creo que sí podemos aprender una importante lección empresarial extraída del entrenamiento por intervalos de alta intensidad. El verdadero beneficio del HIIT es que mejora tu salud y tu rendimiento, incluso en los momentos en que no estás haciendo ejercicio. La actividad intensa mejora tu VO2 max, la cantidad máxima de oxígeno que tu cuerpo puede procesar. Cuanto mejor bombee la sangre tu corazón, más fácil será jugar al baloncesto o jugar con tus hijos, y tendrás menos probabilidades de sufrir una enfermedad cardíaca. Además, el “impacto” de un ejercicio de alta intensidad lleva a un efecto llamado “afterburn”, que provoca que incluso cuando no estás haciendo ejercicio estés quemando más calorías.
Lo mismo ocurre con los periodos de trabajo intensos. Si gestionas bien tu condicionamiento corporativo, terminas desarrollando una especie de resistencia. Los proyectos que antes te sobrepasaban se vuelven cada vez más controlables. Tus músculos de superación y organización se fortalecen. Eres capaz de trabajar de manera más eficiente y con una mayor concentración, incluso estar presionado. Pero, para que quede claro, esto sólo sucede si tomas un tiempo para recuperarte entre estos momentos de gran esfuerzo. Después de todo, nadie puede correr una maratón.
Para las compañías, el enfoque del “Interval training” implica una serie de cosas. Las vacaciones tienen que ser respetadas. Los empleados no deberían sentirse en la obligación de revisar el email o responder temas de trabajo cuando se supone que están descansando y recuperándose. De la misma manera, los directores deben asegurarse de que la gente está usando los días de vacaciones que tienen, en lugar de sentir que tienen que “sacrificarse” por el equipo. El concepto de vacaciones ilimitadas, a pesar de los desafíos que supone, lleva esto un paso más allá. Dado el ritmo incesante de la innovación digital, hoy en día, el trabajo se parece a un sprint en muchos aspectos. Los empleados deben ser capaces de administrar sus propios planes de desarrollo corporativo, hacer todo lo que sea necesario y, lo que es igual de importante, tomarse el tiempo necesario para desconectar y recuperarse.
Ryan Holmes es CEO de Hootsuite