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La volatilidad de la bolsa china y el plan económico ponen en jaque la inversión

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China, la segunda economía mundial, ha dejado a los inversores divididos en las últimas semanas. El reciente anuncio de estímulo por parte del gobierno chino provocó una ola de euforia en los mercados, seguida de una rápida desilusión. El entusiasmo inicial se desvaneció cuando quedó claro que las medidas no cumplían con las expectativas de muchos inversores. ¿El resultado? Un desplome generalizado en los mercados, dejando a los expertos preguntándose si realmente vale la pena apostar por el gigante asiático en este momento.

El estímulo que prometió mucho… pero entregó poco

El 24 de septiembre, el gobierno chino lanzó un ambicioso paquete de medidas para reanimar una economía golpeada por la deflación y la crisis inmobiliaria. La promesa de reducir tasas de interés, inyectar liquidez y apoyar el consumo ilusionó a los inversores. En apenas unos días, el índice CSI 300, que agrupa las principales acciones en China, subió un 24%, en lo que se convirtió en el mayor repunte desde 2008. Incluso, en la apertura de la semana posterior al receso de la Semana Dorada, el índice llegó a dispararse un 11%.

Pero esa alegría duró poco. Al cierre de la jornada, el CSI 300 finalizó con un alza de apenas un 6%, mientras que las acciones de Hong Kong se desplomaron un 9%. ¿Qué pasó? El gobierno chino, en lugar de anunciar el tan esperado «gran bazuca» de estímulos por 500.000 millones de dólares, optó por una estrategia más moderada. A pesar de que los funcionarios aseguraron que alcanzarían su objetivo de crecimiento económico del 5% para este año, no hubo inyecciones adicionales de efectivo, lo que decepcionó a quienes esperaban más acciones inmediatas. En su lugar, se habló de la exploración de Bonos Especiales de Gobiernos Locales para financiar proyectos públicos.

El peso muerto que arrastra a China

La falta de un plan concreto ha hecho que China siga siendo un lastre para muchos inversores. Desde hace años, la economía del país no da señales de recuperación robusta, en gran parte debido al colapso de su mercado inmobiliario. Este sector, altamente endeudado y en implosión, ha afectado gravemente la confianza de los propietarios inmobiliarios y consumidores.

China, además, lleva un tiempo luchando contra la deflación, una caída generalizada de los precios. Desde el segundo trimestre de 2023, el deflactor del PIB muestra una disminución constante en los precios de bienes y servicios, y se espera que esta tendencia continúe hasta el próximo año, a menos que se implementen más estímulos. Este contexto ha mermado el interés de los inversores, quienes ven pocas señales de un repunte sostenido.

Cuando China estornuda, el mundo se resfría

El desplome de las bolsas chinas no se quedó solo en el continente asiático. Los gigantes europeos del lujo como LVMH y Kering (propietario de Gucci) registraron caídas de entre un 4% y un 7%, debido a las expectativas fallidas de un mayor consumo en China. También se vieron afectadas las acciones de grandes mineras como Rio Tinto y BHP, que sufrieron caídas del 5%, ante la disminución esperada en la demanda de metales como el cobre y el hierro, esenciales en el crecimiento económico. Claramente, lo que sucede en China no solo impacta a los mercados locales, sino que repercute en las carteras de inversores de todo el mundo.

Cautela entre los grandes jugadores

A pesar del reciente rally en septiembre en las acciones chinas, las principales firmas de inversión siguen siendo cautelosas, y hasta la fecha, las advertencias se han cumplido. Invesco, JP Morgan y Nomura Holdings han advertido sobre el riesgo de invertir en China en este momento. Invesco, por ejemplo, se muestra escéptico con respecto a las valoraciones de algunas acciones chinas, que han subido entre un 30% y 40%, sugiriendo que pueden estar sobrevaloradas.

Nomura, por su parte, ha comparado el reciente auge de las acciones chinas con el rally de 2015, cuando un repunte repentino fue seguido por un desplome estrepitoso. “Una locura bursátil podría ir seguida de una caída brutal”, advirtieron los analistas de Nomura, quienes ven una probabilidad mayor de que las acciones chinas vuelvan a caer a niveles bajos, en lugar de seguir subiendo.

JPMorgan también se ha mostrado cauto, indicando que si bien el plan de estímulo es un paso positivo, aún se necesitan medidas adicionales para restaurar la confianza económica. La firmeza del crecimiento de China sigue siendo una incógnita, y los inversores extranjeros están adoptando un enfoque de «esperar y ver».

Entonces, ¿es este el momento para invertir?

La gran pregunta sigue en pie: ¿es el momento adecuado para invertir en China? Aunque el repunte de las acciones fue impresionante, la posterior decepción también ha estado a la altura, por lo que los analistas sugieren actuar con precaución. La recuperación a largo plazo de la economía china depende no solo de más estímulos, sino de reformas estructurales que logren estabilizar sectores clave como el inmobiliario y restauren la confianza de los consumidores.

Con la amenaza constante de la deflación, las tensiones geopolíticas en aumento y la incertidumbre económica, muchos inversores están optando por esperar a que el panorama sea más claro antes de volver a apostar fuerte por China. El reciente rally puede haber sido tentador, pero como advierten los grandes bancos, actuar con cautela puede ser la mejor estrategia.

La paciencia, después de todo, puede ser la mayor virtud en tiempos de incertidumbre.