Toyota Motor ha decidido invertir 500 millones de dólares en la iniciativa de la empresa estadounidense Joby Aviation de lanzar taxis aéreos eléctricos como servicios comerciales para pasajeros. Dicho proyecto está previsto para comenzar el año que viene. El magnate automovilístico se trata del mayor accionista de Joby después de su inyección de 594 millones de dólares en 2020. Ahora en 2024, esta cantidad es un levemente menor y se realizará a dos partes iguales, en efectivo y por acciones ordinarias, el primero de los cuales se espera que se cierre a finales de año y el segundo en 2025, declararon en su comunicado oficial. La inversión.
«Con esta inversión adicional, estamos impacientes por ver a Joby certificar su avión y pasar a la producción comercial», declaró Tetsuo Ogawa, presidente y consejero delegado de las operaciones norteamericanas de Toyota, en el comunicado. «Compartimos la opinión de Joby de que el vuelo sostenible será fundamental para aliviar los persistentes retos de movilidad actuales».
Tal cantidad de ingresos se destinará a la certificación y producción comercial de los taxis aéreos. Joby, empresa que cotiza en la bolsa de Nueva York, ha dejado muy claro su objetivo: iniciar servicios comerciales en Dubai a finales de 2025, en viajes desde el Aeropuerto Internacional de Dubai hasta la emblemática isla artificial en forma de árbol de Palm Jumeirah.
El diseño de estos taxis aéreos eléctricos del futuro está todavía pendiente por aprobar por parte de la Administración Federal de Aviación de EE.UU., sin embargo, de momento, puede transportar a cuatro pasajeros más un piloto, a velocidades de hasta más de 300 km por hora. En una prueba reciente, ha volado a 240 km con una sola carga.
Este sector, aunque silencioso, marcha de la manera que debe y muchas empresas están incursionando, a la vez que Toyota, en esta visión hacia el futuro eléctrica y por aire. El conglomerado surcoreano Hanwha invirtió en el desarrollador estadounidense de taxis aéreos Overair, y al gigante tecnológico chino Tencent, que ha respaldado a su competidor alemán Lilium. De hecho, Morgan Stanley ha señalado que este mercado podría ascender a un billón de dólares para 2040, por lo que aparecerán muchas más empresas interesadas.
Toyota, por un futuro a través de transporte eléctrico
En 2020, Toyota lideró una ronda de financiación Serie C de 590 millones de dólares para Joby, en la que también participaron inversores como Intel Capital y Baillie Gifford, una firma de inversión escocesa que ha apoyado a importantes empresas tecnológicas como Amazon y Tesla. Previamente, Joby había conseguido inversiones de SK Telecom, dirigido por el multimillonario Chey Tae-won, y de Uber Technologies, entre otros. La empresa, que cuenta con 15 años de historia, se hizo pública en 2021 a través de una fusión con una empresa de cheques en blanco, lo que le otorgó una valoración de 6.600 millones de dólares.
Con su título del fabricante de automóviles más vendido a nivel mundial, Toyota lleva invirtiendo en la tecnología del transporte del futuro varios años ya, con el objetivo de integrarlas en sus vehículos eléctricos e híbridos. Toyota Ventures es su filial de capital de riesgo, ubicada en Silicon Valley, y ya ha realizado inversiones en May Mobility, una empresa estadounidense que se dedica a la conducción autónoma de lanzaderas, así como en Ion Storage Systems, un fabricante estadounidense de baterías de estado sólido que promete mejorar la capacidad de almacenamiento de energía para vehículos eléctricos.