Saltó de las pistas de tenis y los campos de golf para convertirse en una prenda imprescindible del armario masculino. Más complejo que una camiseta y más relajado que una camisa, el polo ha sido capaz de convencer a tribus urbanas tan diferentes como mods, rockers o raperos. Esta temporada Ralph Lauren, la firma que lo convirtió en un estandarte del estilo preppy (esa clásica estética de los colegios privados norteamericanos), reinventa su icónico polo en tejidos reciclados e inicia una nueva etapa.
“Los residuos plásticos son un problema importante que amenaza al medio ambiente. Queremos ser parte de la solución y utilizar un enfoque innovador para crear algo valioso”, defiende su director de innovación, David Lauren.
Que una firma tan arraigada en la tradición americana adopte este enfoque medioambiental es sinónimo de que algo está cambiando en la moda, una de las industrias más contamintanes del planeta. Todas las piezas de la colección Earth Polo están realizadas a partir de hilos procedentes de botellas de plástico recicladas. Cada prenda supone, aproximadamente, la reducción de doce unidades.
También a la hora de elaborar su propuesta, Ralph Lauren ha intentando reducir al máximo el impacto medioambiental. Todos los polos de la línea –disponibles en cuatro colores que conectan también con la naturaleza: blanco, verde, azul y marino– han sido teñidos mediante un proceso de tratamiento de alta tecnología en el que no se ha malgastado ni una gota de agua.
Pero la lucha por la sostenibilidad de Ralph Lauren no se reduce a una colección, sino a un cambio radical en su enfoque empresarial. “La firma se compromete a eliminar al menos 170 millones de botellas de los vertederos y océanos, y sustituirá las fibras vírgenes por tejidos reciclados para 2025”, sostiene Lauren. Está claro que el futuro de la moda será sostenible o no será.