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Agravio invisible

Polución. O contaminación del medio ambiente producida por residuos, un fenómeno contra el que nos toca lidiar en las grandes ciudades y no estamos lo suficientemente protegidos. Partículas contaminantes en suspensión, gases, metales pesados, luz ultravioleta y luz azul proveniente de los dispositivos digitales… Contra todos estos villanos combatimos cada día sin darnos cuenta y su lesión impacta sobre nuestras pieles con la misma violencia que un meteorito lo haría sobre la faz de la Tierra. ¿Consecuencias? Envejecimiento acelerado, alteraciones cutáneas, hiperpigmentación, textura opaca, tono apagado…

De esto se ha dado cuenta la industria cosmética al demostrarse el creciente porcentaje de secuelas epidérmicas que sufren los urbanitas y ha diseñado un arsenal de escudos que plantan cara al envite. Un ejemplo es Diamond Cocoon de Natura Bissé, una gama bien pensada que ataca desde todos los frentes asentándose sobre tres pilares: fortificar la barrera cutánea con prebióticos que fortalecen la microbiota natural; liberar, reactivando la capacidad natural de defensa de la piel; y blindar con activos que aíslan contra la polución y el daño ambiental. Con la limpiadora enzimática se libera la piel de toxinas y restos contaminantes, con el concentrado fortalecedor se equilibra la microbiota y con la bruma protectora se evita la pigmentación irregular y que las partículas se adhieran.